gara, donostia
washington

Trump niega islamofobia y defiende su polémico veto

Donald Trump intentaba ayer desviar la atención tras el rechazo generalizado provocado por su restrictiva política migratoria para determinados países musulmanes, al anunciar, tras defender su decisión y rechazar las acusaciones de islamofobia, que hoy dará a conocer su candidato para la Corte Suprema. Las críticas se multiplicaron en países árabes, europeos y organismos internacionales, y a ellas se sumaron grandes compañías estadounidenses.

Ante la tormenta de reacciones a la decisión del presidente de EEUU de cerrar las fronteras a los ciudadanos de siete países de mayoría musulmana, Donald Trump defendió ayer una decisión denunciada por jefes de Estado, multinacionales y decenas de miles de personas en todo el mundo. Un decreto que los fiscales generales de 16 estados de EEUU tacharon de «inconstitucional» y contra el que el estado de Washington anunció un recurso, aunque ayer llegaron las matizaciones referidas a dobles nacionalidades.

El veto decretado el viernes suspende durante 90 días la concesión de visados a ciudadanos de Libia, Sudán, Somalia, Siria, Irak, Yemen e Irán, siete países de mayoría musulmana, y prohíbe la entrada durante 120 días a todos los refugiados independientemente de su origen, y de forma indefinida a los procedentes de Siria.

De nuevo a través de Twitter, Trump denunció ayer las reacciones exageradas y dijo que «si la prohibición se hubiera anunciado con una semana de antelación, los ‘malos’ se había precipitado hacia nuestro país». «No se trata de una prohibición que apunte a los musulmanes, como los medios informan falsamente», expresó. «No tiene nada que ver con la religión, se trata de terrorismo y de la seguridad de nuestro país», sostuvo.

Poco después intentó desviar la atención señalando que adelantará a hoy el anuncio –previsto para el jueves– del nombre de su candidato para ocupar el noveno asiento de magistrado de la Corte Suprema, vacante desde febrero. De poco le sirvió.

Los países árabes levantaron la voz. Diputados iraquíes reclamaron a su Gobierno que actúe con reciprocidad e impida la entrada de ciudadanos estadounidenses, una medida que Irán ya anunció el domingo. Bagdad se limitó a pedir a Washington, a través de su embajador en Irak, que revise su decisión y recordó su cooperación en la lucha «antiterrorista» y hoy contra el ISIS.

El Pentágono está elaborando una lista de los iraquíes que han colaborado con las fuerzas de EEUU con vistas a que no se vean afectados por el veto.

El ministro de Exteriores de Siria, Walid al-Mualem, instó, sin hacer referencia directa a la decisión estadounidense, a los refugiados sirios a que regresen a su país, ya que el Gobierno está listo para acogerlos y responder a sus necesidades.

La Organización para la Cooperación Islámica, por su parte, afirmó que el veto «aumentará los desafíos en relación con los refugiados» y «supone un gran daño y una injusticia para las personas que huyen de la persecución y de estados en guerra», al tiempo que advirtió de que «estas acciones discriminatorias aumentan las llamas del discurso extremista y refuerzan la violencia y al terrorismo».

La Unión Africana (UA), por su parte, lamentó que «el mismo país que tomó como esclavos» a muchos africanos haya decidido ahora prohibir la entrada de refugiados de ese continente.

Para el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Zeid Ra'ad al-Hussein, el decreto, que cree contrario a los derechos humanos, evidencia «falta de generosidad».

Tercera amenaza

En Europa, el ex primer ministro belga y actual negociador jefe del Brexit, Guy Verhostadt, aseguró que Trump es «una nueva amenaza» –la tercera junto al ISIS y al presidente ruso, Vladimir Putin– para la UE.

Aunque la Comisión Europea mantuvo una actitud prudente, la jefa de la diplomacia, Federica Mogherini, se sumó a las críticas de París –que duplicará el número de visados a iraníes– y Berlín, que denunciaron el «carácter antisumulmán» y «discriminatorio» del decreto y pidieron su revocación. Italia mantiene otra visión que «ha dado resultado en el plano de seguridad: no amalgamar migración y terrorismo y estar atentos a los casos concretos», sostuvo su ministro de Exteriores, Angelino Alfano, quien afirmó que Europa «no está en buena posición para dar su opinión sobre las decisiones de los demás. ¿O acaso queremos olvidar que en Europa también construimos muros?».

La polémica situó a Trump en el centro de una espectacular tormenta. En Silicon Valley, cuna de las empresas de tecnología, Apple, Microsoft, Google, Facebook y Netflix coincidieron en que este veto es «contrario a valores estadounidenses».

Lloyd Blankfein, director ejecutivo del gigante Goldman Sachs, también marcó distancias y envió un mensaje a sus trabajadores afirmando que «esta no es una política que apoyamos y además ya es cuestionada en tribunales federales».

También Ford expresó su rechazo al polémico veto por creer que se opone a sus valores de «respeto a todas las personas». En una nota, su consejero delegado, Mark Fields, y su presidente ejecutivo, Bill Ford, se comprometieron «con la promoción del respeto y la inclusión».

La cadena Starbucks y la plataforma de alquiler Airbnb ofrecerán trabajo y alojarán gratuitamente a los afectados por el decreto, que estiman «contrario al sueño americano». Starbucks planea contratar en cinco años en los 75 países en los que está presente a 10.000 refugiados que huyen de guerras, persecuciones y discriminaciones.

Toyota, ExxonMobil, Boeing, General Electric o General Motors se sumaron al rechazo.

En Gran Bretaña y EEUU se sucedieron las protestas contra Donald Trump, al grito de «los refugiados son bienvenidos».