Jon Santacana, esquiador donostiarra con deficiencia visual, y su guía, Miguel Galindo, finalizaron su participación en los Mundiales de esquí adaptado de Tarvisio (Italia) con una plata en la modalidad de eslalon, que supone la tercera medalla de la pareja en la competición.

Los subcampeones paralímpicos en Sochi 2014 y Vancouver 2010 afrontaban el eslalon con la intención de mejorar el bronce conseguido en el Mundial de 2015. Tras finalizar segundos en la primera manga y ser testigos de las caídas de algunos de sus principales rivales, consiguieron repetir esta misma posición en la última bajada y asegurarse así la medalla de plata, con un crono final de 1’25”09. El oro lo consiguió finalmente el canadiense Mac Marcoux (1’23”76), mientras que el bronce se lo quedó el representante eslovaco, Jakub Krako (1’29”60).

El esquiador guipuzcoano arrancó el Mundial con otra medalla de plata en la prueba de descenso, en la que fue de menos a más con un quinto y un tercer puesto en los parciales intermedios, hasta colocarse en la segunda posición final (1’11”55). El oro se lo colgó de nuevo el canadiense Marcoux (1’10”98), mientras que el bronce correspondió a otro eslovaco, Miroslav Haraus (1’11”80).

Además, Santacana y Galindo también consiguieron una medalla de bronce en el eslalon gigante (2’14”86), tras dos mangas muy regulares en que solo fueron superados por el gran Marcoux (2’09”92) y por el italiano Giacomo Bertagnoli (2’12”92). También disputaron la prueba supercombinada, en la que acabaron cuartos por un problema con el material; y el supergigante, con una caída los dejó fuera de la lucha por las medallas.

De esta forma, Santacana y Galindo mejoran el resultado del anterior Campeonato del Mundo, celebrado en Panorama (Canadá) en marzo de 2015, donde consiguieron una medalla de plata en el eslalon gigante y dos de bronce en el eslalon especial y en la prueba supercombinada. En total, Jon Santacana y Miguel Galindo suman 14 medallas (6 oros, 5 platas y 3 bronces) en cinco Mundiales.

Los buenos resultados cosechados en Tarvisio les permiten además mantener la beca justo un año antes de los Juegos Paralímpicos de invierno que tendrán lugar en PyeongChang (Corea) en 2018, y que visto su rendimiento afrontarán con las máximas aspiraciones.