Algo tuvieron en común Paloma Chamarro y el también periodista y escritor José Luis Moreno-Ruiz: su beligerante capacidad para irritar a terceros desde los apurados extremos del arte. Chamorro lo hizo básicamente desde el espacio de TVE “La edad de oro”, donde en 1984, dentro de una entrevista a Psychic TV, concluía el programa para siempre al aparecer un crucifijo con una cabeza de cerdo. Denunciada por la derecha, el pleito no se solucionó hasta 1993 con una sentencia favorable emitida por el Tribunal Supremo.

En paralelo, otro “rojo”, JoséLuis Moreno-Ruiz, periodista, traductor, escritor y presentador animaba Radio 3 con “Tiempos modernos”, primero, y, posteriormente con “Rosa de sanatorio”, programa nocturno donde la profunda voz de Moreno-Ruiz leía poemas de una crudeza y explicitud enamoradiza. Tanto en uno como en otro espacio, recibió numerosos “toques” por sus “salidas” de tono, especialmente si alguien se metía, invitados o él mismo, con la élite católica, la iglesia...

El escritor había colaborado en publicaciones como “Ajoblanco” y el “Viejo topo”, pura resistencia franquista directa o posterior. Le gustaba provocar desde el arte y la cultura, como Paloma Chamorro, así que su micrófono era la boca de un dragón. Poesía cruda, palabras alteradas por sí mismas y por su sobrio y cautivador timbre, acentos, pausas.

La movida

José Luis Moreno-Ruiz vivió pegado a la movida, pero desde las trincheras de lo establecido y con la distancias oportuna. La situación le ha servido para descubrir un buen puñado de situaciones singulares, para hablar de mamoneos, de glosas inmerecidas, de estupideces de antología, del plástico que asfixiaba buena parte de aquella movida. Y no se olvida, casi no se aparta, de la fatuidad del PSOE ante aquel fenómeno juvenil al que se suma.

Doscientas páginas reflejo vital de la otra “movida”.