Joseba VIVANCO
Fútbol internacional

Del amor al odio va...

Ultras del Dortmund apedrean a seguidores del «odiado» Leipzig y al presidente del Pescara le queman el coche tras perder 2-6.

En octubre de 1982, los enfrentamientos entre aficionados del Hamburgo y Werder Bremen terminaron de manera trágica. Un joven fan de los verdiblancos, Maleika Adrian, de solo 16 años, murió de una pedrada lanzada por un seguidor rival. Esta es la primera muerte en la historia de la Bundesliga. Sin un final tan trágico, la reprobable escena se repitió este sábado en lo que ha desatado un auténtico shock en el fútbol alemán. Borussia Dortmund-RB Leipzig, un duelo inédito hasta no hace nada, hasta el ascenso de los ‘toros’ del Red Bull a la elite y su sorprendente temporada discutiendo el título al poderoso Bayern. En el interior del siempre imponente Signal Iduna Park, hasta 81.356 espectadores, de ellos, nada menos que 8.500 llegados desde la misma Leipzig, la ciudad que alumbró la federación germana de fútbol y tuvo el primer campeón alemán. Más de 25.000 enfervorizados hinchas locales pueblan el archiconocido ‘muro amarillo’, en pie, discutiendo el misticismo a la mismísima grada The Kop de Anfield, y exhibiendo esta vez ofensivas pancartas a sus ‘odiados’ contrincantes: ‘‘Piedras para los toros’’, arengaba una de ellas, o ‘‘Desapareced, el fútbol nos pertenece’’. Fue lo más delicado que se vio o escuchó. Antes, en la previa, decenas de ultras borussers habían apedreado a aficionados rivales, incluidos mujeres y niños.

En el barrio Strobelallee, al lado del estadio, un grupo de hinchas del Leipzig fueron atacados con el lanzamiento de piedras y latas. La Policía comunicó que 28 personas fueron detenidas acusadas de posesión de explosivos, actos violentos, desorden público, insultos e insubordinación. El jefe policial declaró que nunca había visto semejantes gestos de odio. El propio ministro de Interior alemán hizo una declaración pública para condenar los hechos. Era la gota que colmaba el vaso. Con anterioridad se habían producido incidentes en Colonia, donde fue bloqueado el paso al autobús del Leipzig, y en Leverkusen, donde el vehículo fue alcanzado por una bolsa llena de pintura. Esta vez fue demasiado lejos. El máximo dirigente del Dortmund, Hans-Joachim Watzke, es el gran señalado por parte de la hinchada del ‘toro’. «Usted representa moralmente los excesos de violencia de sus aficionados en contra de los hinchas del Leipzig», denunció el grupo de hinchas Bornaer Bullen, aludiendo a sus continuas críticas al modelo del Leipzig.

Todos contra el Leipzig

¿La razón? Que el único club en la Bundesliga de una ciudad de la extinta a la RDA pertenece a la multinacional de bebidas energéticas Red Bull, que en 2009 compró la licencia federativa del modesto SSV Markrastädt, equipo de la quinta división del fútbol alemán. De ahí, vertiginoso ascenso a la máxima división, sustentado en una política de fichajes de prometedores jugadores; ocho de los diez más caros de la segunda división son suyos y la media de edad del plantel es de 23 años, la más joven del campeonato.

Estas muestras de indignación no son nuevas y ya se venían produciendo a medida que consolidaba su meteórico ascenso. En una ocasión los aficionados del Heidenheim, de la segunda categoría, empapelaron el autobús del equipo con billetes falsos, mientras que los del Unión Berlín fueron al estadio vestidos de negro, exhibiendo una pancarta con el mensaje ‘‘En Leipzig ha muerto la cultura del fútbol’’. Este año, los seguidores más radicales del Dynamo Dresden arrojaron al terreno de juego una cabeza de toro durante un partido de la Copa, por lo que el club fue multado. El ‘‘Berliner Kurie’’ se negó hace unas semanas a escribir el nombre del club en una clasificación, refiriéndose al Leipzig como el Dosenverkauf, ‘los vende latas’.

Una espiral que parece haber cerrado un círculo este fin de semana. En el centro de la desatada ira de sus rivales y cabeza visible del milagroso proyecto, Ralf Rangnick, a quien una pancarta en el ‘muro amarilllo’ invitaba directamente a suicidarse; él, la vio sentado junto a los aficionados de su equipo.

En 2005 un grupo de ultras estrenaron una pancarta gigante que colgaba de la Grada Sur del estadio y donde se leía: ‘‘Gelbe Wand Dortmund’’ (Amarillo Muro Dortmund). En el origen, un lema anterior que rezaba: «Al final del callejón oscuro brilla la pared amarilla». Pero esta vez han ido demasiado lejos. ‘‘El muro de la vergüenza’’ titulaba al día siguiente de los incidentes y pancartas ‘Fussball BILD’. La grada más espectacular del mundo dejaba mucho que desear. El mandamás del club renano ha anunciado medidas, pero habrá que ver hasta qué punto es más fuerte el inquebrantable sentimiento Echte Liebe, ‘amor verdadero’, que arropa a uno de los clubes con más socios del mundo. Al final de los 90 minutos, el Dortmund ganó 1-0, acumula ya 28 partidos sin conocer la derrota en el Signal Iduna Park igualando su marca de la temporada 1954-55, y de paso le hace un favor al Bayern, que ganó y se escapa un poco más.

«We’ve got Jesus, Gabriel Jesus»

La que mantiene su ventaja en la Serie A es la Juventus, que venció al Inter en el Derby d’Italia con un solitario gol, en un partido con el argentino Mauro Icardi expulsado en los visitantes, después de que al final del duelo golpeara al balón contra el colegiado aunque no le llegara a dar: le caerán un par de partidos y, de momento, 10.000 euros de multa. Intenso y muy polémico partido con los asientos vacíos en la Curva del Juventus Stadium. El grupo Vikings protestó así por no dejarles meter sus pancartas, tras elevarse el control a los aficionados, una medida que llega tras las filtraciones que demuestran que miembros de la Mafia calabrese, la 'Ndrangheta, operan en el estadio. Tras estas informaciones el club ha cambiado su política con respecto a estos ultras.

Poco que celebrar tienen también los tifosi del Milan, en caída, en tanto fue una jornada para recordar la de Lazio y Napoli y sus respectivas goleadas por 2-6 al Pescara –el coche de su presidente fue quemado después, se supone, por los ultras– y 1-7 al Bologna, este último con dobles tripletas del eslovaco Hamsik –109 goles con los napoletani, a solo 6 de Maradona– y el ‘diablo’ belga Mertens. Son cuartos y quintos clasificados, respectivamente, mientras que la Roma es segunda, a cuatro de la Juve, merced a su 4-0 a la Fiore, con doppietta del bosnio Dzeko, capocannonieri con 17 goles. Otro artillero que no para es Edinson Cavani en el PSG, nuevo tanto y suma 23 en la Ligue 1. Pero si algún ‘killer’ se ha llevado la palma ese es Romelu Lukaku, póker de dianas en el 5-3 del Everton al Bournemouth, y que confirma que a sus 23 años los Toffess se le quedan pequeños.

Elogios para el ariete belga, titulares de calibre para el nuevo ídolo de la afición Citizen. Su nombre, ya lo saben, Gabriel Jesús, 19 añitos, recién llegado de hacer campeón al Palmeiras, y en 188 minutos ya lleva tres goles y una asistencia; esta jornada dio una agónica victoria al City en el minuto 93. «Este chico en el área tiene algo especial», resume Guardiola. «We’ve got Jesus, Gabriel Jesus, I just don’t think you understand…, He’s number 33, he’s better than Rooney, We’ve got Gabriel Jesus…», le cantan ya. Ecos de un Etihad enamorado. También le cantaban otrora a Claudio Ranieri, pero su Leicester volvió a besar la lona, 3-0 le endosó el United de un José Mourinho que pidió respeto para su colega: «La gente recordará por muchos años lo que hizo». Otro, Arsene Wenger, no desvela su futuro al frente de un Arsenal que perdió 3-1 ante un más líder Chelsea. Del amor al odio, del odio al amor, ya se lo tatuó Cristiano Ronaldo, «tu amor me hace fuerte, tu odio me hace imparable».