Iñaki ZARATIEGI
MÚSICA

Afronteriza Zuberoa

En Zuberoa levantas una piedra y surge una voz que canta. A pesar de su poca demografía sus cantantes son noticia con frecuencia. Especialmente la veterana Maddi Oihenart, que llenó hace unos días el donostiarra Victoria Eugenia, integrada en el nuevo espectáculo de Kalakan y parece tener querencia por el barrio del Antiguo: estuvo recientemente en el espacio Doka y el pasado viernes presentó su último disco “Doi” en el auditorio Lugaritz.

Una obra cien por cien zuberotarra, grabada y editada a la sombra del Orhi. Y muy femenina: además de revisiones de aires tradicionales (“Emazte fabore”, de Bernat Etxepare), los textos son mayormente de Itxaro Borda, también de la propia Maddi y Leire Bilbao ha escrito el vibrante “Ezinen orekan”. A pesar de la presencia del vibráfono del ex Itoiz Arrabit, la cantante gotaintarra se distancia en lo estilístico de aventuras anteriores como la querencia jazzera del saxofonista Josetxo Goia-Aribe o los tonos clásicos del pianista Juantxo Zeberio. Ahora lleva las riendas su paisano Garat y el propio músico de Sohüta la arropa en directo junto al también joven rockero Oliarj-Ines.

Hay un arranque casi ‘trip-hop’ con “Ogella” y la sesión se bifurca en una decena de títulos con caricias minimales (“Euria”, “Agian”), ecos tradicionales rehechos (“Out”), emociones puras (la nana “Ninano”) y la sensación de agradable belleza como despedida con “Denbora asko”. Esplendor vocal y artístico de una Maddi en plena madurez afronterizamente heterogénea.