Amaia U. LASAGABASTER
FÚTBOL FEMENINO

Mujeres en busca de la última frontera, la gestión

El segundo Programa de Desarrollo del Liderazgo de Fútbol Femenino de la FIFA acaba de concluir.

El fútbol femenino avanza en todo el mundo pero lo hace a diferentes velocidades. Mientras algunas mujeres todavía pelean incluso por poder jugar, un buen número se centra, si no en la equiparación con sus compañeros masculinos, sí en la conquista y normalización de derechos. Un grupo, más reducido, trata al mismo tiempo de cruzar la última frontera. La que separa la práctica del deporte de su gestión. Del poder, en definitiva, concentrado en su inmensa mayoría en manos de los hombres.

No cabría hablar tanto de fútbol femenino como de mujeres en el fútbol. Diferencia que reconocía la propia FIFA cuando, hace tres años, dentro de los programas incluídos en su plan de desarrollo del fútbol femenino, dedicaba uno a la «Gestión del fútbol femenino», más enfocado a la profesionalización en los ámbitos de gestión del fútbol femenino, y otro al «Desarrollo del liderazgo femenino». Originado, en este caso, por la necesidad de una mayor presencia de «mujeres líderes y referentes femeninos en el fútbol», después de que la FIFA constatara que en 2014 solo el 17% de los miembros ejectivos de las federaciones eran mujeres. El objetivo del organismo internacional pasaba así por promover la presencia de «más mujeres en puestos de liderazgo».

Dentro de ese plan a medio plazo, y conocidas las conclusiones de la primera Conferencia de la FIFA sobre fútbol femenino, el ente puso en marcha en 2015, coincidiendo con el Mundial de Canadá, su primer Programa de Desarrollo del Liderazgo de Fútbol Femenino –otras asociaciones como UEFA trabajan con esquemas similares–. «Queremos que las participantes –aseguraba su responsable Cruz Blanco– se vean a sí mismas como futuras presidentas, secretarias generales y miembros ejecutivos de la FIFA. Que empiecen a asumir este tipo de cargos». Una treintena de mujeres participó de aquel programa. Con tal éxito que se duplicó el número de solicitudes para la segunda edición, a la que intentaron acceder más de 80 de las 211 federaciones miembro.

Sólo 33 lo consiguieron. Su experiencia acaba de concluir, tras nueve meses de trabajo que han incluido clases teóricas, talleres, orientación y desarrollo de un proyecto personal. «Nos ha servido para demostrar que tenemos voz», asegura la liberiana Ciata Bishop. «Hemos identificado nuestras cualidades de liderazgo –coincide la exinternacional canadiense Karina LeBlanc–. Yo me he dado cuenta de que en dos décadas como jugadora he aprendido muchas cosas que pueden ser de utilidad, para mí misma y para las próximas generaciones».

Habrá que esperar para conocer las consecuencias. Al menos hasta el próximo año cuando, al cierre del cuatrienio, se realice la Encuesta General sobre fútbol femenino entre las federaciones miembro, para la que la FIFA ya marcó su objetivo: duplicar el número de ejecutivas en las Federaciones nacionales para alcanzar al menos el 30%.

De Samoura a Boy de la Tour, más nombres propios en espacios de poder

Aunque el número sigue siendo escaso, cada vez hay más nombres propios femeninos en espacios de poder del fútbol.

2016 fue un año destacado en este sentido. Por primera vez, la Secretaría General de la FIFA recaía en una mujer: la senegalesa Fatma Samoura, a la que Forbes considera la mujer más poderosa en el deporte en la actualidad. Una lista en la que también aparece Isha Johansen, presidenta de la Federación de Sierra Leona. Un cargo que solo ostentan otras tres mujeres en el mundo, incluyendo a otras dos africanas: Lydia Nskera (Burundi), Izetta Sombo Wesley (Liberia) y Sonia Bien Aime (Islas Turcas y Caicos).

Más cerca, y también en 2016, Florence Hardouin se convertía en la primera mujer elegida miembro del Comité Ejectivo de la UEFA –Karen Espelund lo había sido por designación directa–. Desde 2013 ejerce también como Mánager general de la Federación Francesa. Si en esta es el segundo peldaño, en la LFP francesa es el primero: en noviembre del pasado año, Nathalie Boy de la Tour se convirtió en la primera presidenta de su historia.

En la Liga, el número, y el poder, de las mujeres también crece. Por primera vez hay tres presidentas en Primera (Amaia Gorostiza, Lay Hoon Choun, Victoria Pavón), a las que habría que añadir a un puñado de ejecutivas del más alto nivel, como Patricia Rodríguez (Eibar), Begoña Sanz (Real Madrid) o Susana Monje (Barcelona).A.U.L.