Miles de personas marcharon ayer en varias ciudades de Bolivia para proclamar que hace un año el país vivió un «Día de la Mentira», cuando rechazó en referendo, por un resultado muy ajustado, posibilitar al presidente, Evo Morales, optar a la reelección, y volvió a expresarle su apoyo para que busque un cuarto mandato en 2019. Las movilizaciones pretendían ser un acto de desagravio a Morales, que hace un año fue centro de una campaña mediática de desacreditación orquestada por la oposición y que ahora se ha demostrado que era mentira, y a la propia democracia, según sus partidarios.

«Hoy tenemos que sepultar esa mentira fabricada desde el imperio, desde el capitalismo, para difamar a un presidente digno, a un hermano que ha recuperado la patria de manos de los vendepatria», dijo en su discurso en La Paz el dirigente campesino Feliciano Vegamonte, que dirige la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia.

El Gobierno y el Movimiento al Socialismo (MAS) alegan que la oposición montó una trama de mentiras en torno a la relación de pareja que el mandatario tuvo en 2007 con Gabriela Zapata, detenida por delitos económicos tras haberse descubierto que usaba oficinas del Ejecutivo para hacer negocios. Zapata ha admitido que le utilizaron para fomentar esa mentira.

Con esa argumentación, Gobierno y MAS han defendido que el Morales tiene derecho a un nuevo intento de habilitar su candidatura.

Los sectores políticos y organizaciones ciudadanas que reclaman respeto a los resultados del referendo de 2016 tenían previsto también movilizarse anoche en La Paz.