Tablas en un partido sin control de los equipos ni de Undiano
Un gol de Pedro León cuando faltaban diez segundos para cumplirse el tiempo añadido dio al Eibar el empate en Anoeta en un derbi jugado a un ritmo altísimo y que estuvo condicionado por el arbitraje de Undiano Mallenco, que expulsó a Lejeune y Juanmi, no pitó un penalti por mano de Yuri y sí uno más dudoso de Yoel a Iñigo Martínez.
REAL SOCIEDAD 2
SOC. DEP.EIBAR 2
La Real y el Eibar empataron en Anoeta en un derbi jugado sin control por parte de los dos equipos ni del árbitro, que condicionó mucho el partido al poner el listón muy bajo con las tarjetas y expulsar a un jugador de cada bando y a Mendilibar y al pitar un penalti dudoso de Yoel a Iñigo y no uno por mano de Yuri.
El empate final pudo ser justo porque el Eibar fue el más perjudicado por un arbitraje horroroso porque el penalti a Iñigo admite sus dudas, aunque puede ser pitado, pero más claro es el de Yuri no señalado y de las expulsiones tiene mucha más discusión la de Lejeune que la de Juanmi, que marcó un buen gol y lo estropeó con cosas difíciles de explicar en un profesional.
A pesar de que es triste que se pueda amonestar a un jugador por mostrar un lema de apoyo al joven malagueño, como él, fallecido por leucemia, un profesional no puede salir al campo con una camiseta con la intención de enseñarla porque el reglamento lo prohíbe claramente y menos agarrar con tarjeta sin sentido en el campo rival en una jugada que no tenía peligro cuando el Eibar estaba ya en inferioridad.
Esos dos graves errores impidieron a la Real aprovechar la ventaja de la expulsión de Lejeune provocada por el dominio del juego aéreo de Xabi Prieto, que también propició la jugada del penalti que volvió a poner el partido de cara para la Real sin saber sentenciarlo cuando más facilidades ofrecía el Eibar.
Un ritmo altísimo
Eusebio sorprendió al repetir once por tercer partido consecutivo cuando el viernes espera otro y Mendilibar introdujo tres cambios en la alineación que ganó el sábado al Málaga al entrar Luna, Rivera y Peña por el sancionado Capa, Adrián y Sergi Enrich.
Buscó jugadores frescos para presionar la salida del balón realista y logró con su presión y ayudado con el estado del césped, muy rápido por la lluvia, que la Real no pudiera controlar el juego y cometiera muchas imprecisiones en los pases.
Así llegaron las dos mejores ocasiones del Eibar del primer tiempo, la que originó el gol tras una pérdida de Iñigo Martínez y la de Pedro León que envió a corner Rulli tras un robo a Zurutuza. La Real no pudo hacer su juego, pero recogió el guante que le lanzó el Eibar y quiso aprovechar los espacios provocados por la presión azulgrana en campo rival y tuvo sus ocasiones en un partido de ida y vuelta. Ya en el primer minuto Juanmi remató a las manos de Yoel, luego el malagueño marcó y también Vela tuvo una clara oportunidad.
Diez contra diez
El partido cambió en el segundo tiempo con las expulsiones. Si el partido era descontrolado con once, con diez en mayor medida sobre todo por parte del Eibar al conceder más espacios, acusar el desgaste y asumir riesgos al verse por detrás en el marcador.
Ahí estuvo la clave del partido, que la Real no supo sentenciar a su rival en los minutos que más controlado tuvo el partido, en los que desperdició una clara opción de Mikel Oyarzabal. Eusebio prefirió incluso colocar de delantero a Canales antes que a Bautista en los últimos minutos y buscar tanto el control del balón no tuvo premio porque en la última jugada el eibartarra cometió un error cuando mejor guardaba el balón la Real y ahí se inició la jugada del gol del Eibar, en la que Rulli no pudo despejar el remate de Pedro León.
Fue duro para la Real porque era el segundo partido seguido en Anoeta en el que perdía puntos por encajar un gol en el minuto 93 y porque los dos de ayer le han impedido dormir en puestos de Liga de Campeones.