Natxo MATXIN
OSASUNA

El Sadar soporta otro zarandeo en toda regla a los anfitriones

Los rojillos ya habían encajado apenas superado el primer minuto y solo hubo diez minutos en los que se optó a poder empatar.

OSASUNA 1

VILLARREAL 4


Bloqueo total en el que está embutido Osasuna, incapaz no solo de reactivarse, sino incluso permitiendo que los adversarios lo zarandeen a su antojo. Ni reacción ni atisbo siquiera de ella. Sin apenas despeinarse y con un equipo plagado de suplentes, el Villarreal ganó cómo y cuándo quiso, sin que los de Vasiljevic opusieran la resistencia que se merece El Sadar.

Del dicho al hecho hay un trecho. Y en el caso de este Osasuna, muy largo, demasiado. Tanto como lo que se habla entre semana y lo poco que se cumple cuando se salta al verde. Tras el desencanto generalizado por lo visto en Balaídos y Cornellà, el vestuario aseguró haberse confabulado para que, al menos ante su afición, ofrecer una imagen bien diferente. Nada más lejos de la realidad.

Apenas transcurrido un minuto y la escuadra navarra ya estaba por detrás en el luminoso. La misma historia de siempre, balón a la espalda de la defensa rojilla que no se sabe defender y nacimiento del 0-1. Todos los jugadores del Villarreal que tocaron el balón hasta introducirlo en las redes llegaron antes que los locales, algo que a estas alturas de temporada ya no sorprende.

En esta ocasión, el gol en contra por lo menos picó el amor propio de los anfitriones, que se lanzaron en pos del empate, aunque el ardor duró tanto como el tiempo que estuvo Indar Gorri –exhibió una pancarta con el lema «Osasunako zaleak errespetatu»– sin animar, en protesta por las citaciones judiciales a otros once investigados. Un balón al que se adelantó Musacchio, un mal despeje que casi es autogol del central y un cabezazo de Vujadinovic que sacó la manopla de Andrés Fernández fueron lo más reseñable de esa fase de dominio local.

A partir de ahí, las fuerzas se equilibraron, los amarillos comenzaron a tocarla con criterio, Osasuna detrás del esférico como siempre y otra jugada suelta que cuesta el segundo gol foráneo. Una pared en el costado zurdo dejó en franca ventaja a Soriano, que fue derribado dentro del área por un despistado Berenguer, quien tampoco estuvo nada fino en la diana que inauguró la tarde.

Pena máxima con desarrollo dantesco, para variar. Lo botó Soldado con posterior parada de Sirigu, pero González González decretó repetirlo. Bronca en el graderío. En la repetición televisiva se ve que el colegiado no da permiso para lanzarlo, un tanto tiquis miquis con la posición del resto de futbolistas en el borde del área. Sea como fuere, el segundo intento sí que besó las mallas. En apenas media hora, el encuentro ya estaba visto para sentencia y otros tres puntos que volaban de El Sadar.

Primeros pitos y gestos de desaprobación entre los aficionados ante el “espectáculo” que les estaban ofreciendo los suyos. Sensación de impotencia, mucha impotencia a ras de césped. El 0-2 sí que hizo daño. El conjunto navarro no reaccionó, apenas un cabezazo arriba de Oier a la salida de una falta fue lo más cercano que estuvo de recortar distancias Osasuna.

Diez minutos de esperanza

Siguió en situación de shock el cuadro rojillo tras el paso por vestuarios. El rival adormeció el choque, sin querer hacer más sangre y sabedor de su superioridad técnica y táctica. Nada menos que veinte minutos en los que los locales dieron buena muestra de su incapacidad, tanto para llevar la iniciativa como para generar algo de peligro.

Se animó algo el cotarro con el penalti tonto que cometió Musacchio sobre Sergio León, un lance que destapó las individualidades del vestuario, cuando el cordobés y Roberto Torres –habitual lanzador– se enfrascaron en una disputa en el punto de la pena máxima por ser el ejecutor. Finalmente se impusieron los galones y el de Arre anotó el 1-2 que daba ciertas esperanzas.

Estas aumentaron con la irrupción de un mayor empuje del conjunto navarro que estuvo en un tris de igualar en una peinada de Oriol Riera en el 71. Los de Vasiljevic se la jugaron al todo por el todo, adelantaron líneas y se descuidaron una vez más en la parte de atrás.

Una rápida contra materializada por el recién entrado Santos Borré fulminó el envite con la defensa local ya muy descolocada. Una inercia que cobró mayor protagonismo en el 1-4 que cerraba la enésima decepción de El Sadar, cuando ni Oier ni Vujadinovic, ayer muy desacertados, eran superados otra vez por el goleador Santos Borré.

«No voy a arrojar la toalla, hay que reconducir la situación»

Ronco por desgañitarse desde el banquillo y en un tono cabizbajo por no encontrar la tecla de la reacción, el técnico rojillo, Petar Vasiljevic, no piensa en dimitir ante la delicada situación. «No pienso arrojar la toalla porque entiendo que debo intentar levantar los ánimos del vestuario y reconducir la situación, que soy consciente que es muy complicada».

El cuadro navarro volvió a desangrarse en la zaga, donde los futbolistas rojillos no dieron pie con bolo en varias jugadas que costaron el partido. Sin encontrar explicación a esos fallos que semanalmente se entrenan en Tajonar, pero no se corrigen, el preparador serbio señaló que «es la diferencia entre Primera y Segunda, cualquier mínimo error te penaliza porque juegas contra delanteros que tienen mucha calidad. Hay que seguir insistiendo en lo que estamos trabajando», contrapuso.

«La verdad es que sales al campo y para el minuto dos ya habíamos encajado. Eso te pone el encuentro cuesta arriba contra un rival que ya sabemos lo que tiene, te cuesta engancharte y luego te meten el 0-2 de penalti. Lo cierto es que los jugadores se han vaciado y lo han intentado, pero ha pasado lo que ha pasado», consiguió afirmar Vasiljevic en una demostración más de que la escuadra navarra da lo que da.

A su juicio, los riesgos que asume el equipo, obligado por su delicada situación clasificatoria, le pasan una factura letal. «Jugamos con tres defensas y muchas veces los jugadores se han encontrado con situaciones de hombre a hombre, el adversario exige mucho y nos ha llevado a su terreno», acertó a interpretar.

«No encuentro explicación a lo que ha sucedido. No puede ser que en el primer minuto te lleguen tan fácil y nos la metan a la primera. Con el paso del tiempo, se dispara nuestra ansiedad, tenemos menos atrevimiento y más dudas en los pases», amplió. «Me he fijado y me duele mucho, pero la gente está decepcionada y los socios quieren resultados», apuntó respecto al hecho de que el público se marchase del campo antes de finalizar el choque.N.M.

Proceso para definir socio y abonado

A lo largo de este mes se desarrollará el proceso para definir la condición de socio y de abonado. Los compromisarios podrán aportar propuestas hasta el día 10 y el 23 se celebrará una asamblea para aprobar cada figura.

Contactos para recomprar el patrimonio rojillo

La portavoz del Gobierno de Nafarroa, María Solano, confirmó que ya se ha celebrado un primer contacto entre representantes del Ejecutivo y de Osasuna para sondear la posibilidad de que el club rojillo recompre su patrimonio a medio plazo.