Los cables que conectan el mundo

El ciberespacio está en el fondo del mar

Internet, la red de redes, acostumbra a representarse con líneas energéticas, inmateriales y azuladas, que cruzan mares y continentes por el espacio para conectar a sus habitantes sin importar los obstáculos que existan entre ellos. En realidad, esas líneas incorpóreas son cables tan reales como aparatosos. A través de ellos viajan las videollamadas, los mensajes instantáneos, los correos y las visitas a las páginas web y en más de un 95% lo hacen a través de los océanos, en cables del grosor de una manguera de jardín.

900.000 kilómetros de tendido

En aguas poco profundas van enterrados a un metro, pero a grandes profundidades reposan en el suelo. La Antártida es el único continente sin cable submarino de Internet. Se calcula que hay 299 cables de fibra óptica activos o en construcción por los fondos marinos de todo el mundo, unos tendidos que, según las estimaciones, suman una longitud de 900.000 kilómetros, más del doble de distancia que separa la Tierra de la Luna. La opción submarina resulta más rápida que la satelital: mientras una llamada por satélite debe viajar 35.784 kilómetros de la Tierra al satélite y luego regresar, una llamada de fibra óptica transpacífica sólo tiene que viajar cerca de 5.000 millas de punto a punto.

Lehen itsaspeko kablea

1854. urtean Ipar Amerika eta Europa itsaspetik konektatzeko lehen kablea instalatu zen. Transatlantic Telegraph Cable delakoa 1866an bukatu zen eta telegramak bidaltzeko erabiltzen zen bakarrik, kable luzean mantso baino mantsoago mugituz. Morse letra bakar batek bi minutu behar zituen alde batetik bestera iristeko. Lehen telegrama, Britainia Handitik Estatu Batuetara, Victoria erreginak bidali zion Buchanan presidente berriari. 1858ko abuztuaren 16a zen eta telegramak hamazazpi orduko bidaia egin zuen itsaspetik.

Del eléctrico al óptico

Los circuitos para telefonía no aparecieron hasta principios del siglo XX. El primer cable telefónico transatlántico (el TAT-1) hubo de esperar hasta 1956. Hoy el cable submarino ya no es eléctrico, sino óptico: unos finísimos pares de fibra de vidrio por los que circulan impulsos de láser a la velocidad de la luz. Cada pocos kilómetros dispone de relevadores que se encargan de realimentar los destellos para compensar la inevitable pérdida que sufren en su trayecto.

50 roturas al año en el Atlántico

Anclas abandonadas o corrientes marinas, pesca de arrastre, mordeduras de tiburones y, en ocasiones, otras razones más prosaicas son algunos de los motivos de que se produzcan graves fallos en las coberturas de internet. En la mañana del 30 de enero de 2008, la red de buena parte de Oriente Próximo se colapsó. Egipto perdió el 70% de sus conexiones de datos con el resto del mundo y más del 30% de sus enlaces de voz. Una catástrofe de primera magnitud, en la que otros países fueron cayendo como fichas de dominó: Arabia, Kuwait, los Emiratos, Pakistán, Bangladesh y, por fin, India. Las industrias del software y compañías externalizadas quedaron seriamente afectadas. Lo mismo ocurrió en 2012 cerca de un puerto de Kenia, lo que dejó a seis países africanos sin conexión a la red. Más curioso es el caso de los piratas que en 2015 se llevaron un total de 11 kilómetros de la rama del SEA-ME-WE3 que sirve a Vietnam, Tailandia y Hong Kong para venderlo como chatarra y que le supuso un coste millonario a la compañía telefónica vietnamita.

Terremotos, los mayores enemigos

El peligro que pone en jaque en mayor medida la red de comunicaciones mundial, debido a su virulencia, son los terremotos. Estos son capaces de dañar varios cables al mismo tiempo al tratarse de fenómenos que afectan a extensas superficies. Por muy fuertes que sean los cables, difícilmente soportarán los movimientos del suelo marino en un terremoto de intensidad considerable. En 2006, el terremoto de Hengchun, al sur de Taiwán, con una magnitud de entre 6,7 y 7,1, rompió varios cables submarinos, afectando gravemente las comunicaciones entre Taiwán, China, Corea del Sur y el resto del mundo, sobre todo con EEUU.

SEA, el más largo, conecta Australia, Asia y Europa

El cable SEA-ME-WE 3, (sus siglas son abreviaturas de las zonas que sirve) conecta Europa con Australia y Asia y es el más largo del mundo, con una extensión de 39.000 kilómetros y 39 puntos de conexión terrestre.

El FLAG Europa-Asia es otra de las principales autopistas de datos que abarca medio mundo. El FLAG (acrónimo de Fiber-optic Link Around the Globe) nace en Nueva York y termina en Japón, pasando por el Mediterráneo y el canal de Suez. Son en total 27.000 kilómetros con una capacidad de transmisión de 10 Gbit/segundo. El SEA-ME-WE-4 recorre 18.000 kilómetros desde Marsella hasta Singapur. Alcanza los 10 gigabytes por segundo por canal óptico. En total, a máxima utilización, puede llegar a 1,28 terabytes. Un terabyte corresponde aproximadamente a medio millón de páginas mecanografiadas, que pueden transmitirse al otro lado del mundo en un segundo.

MAREA unirá Sopela y Virginia Beach

Marea es el nuevo cable submarino de Microsoft, Facebook y Telefónica que cruzará todo el océano Atlántico y unirá la ciudad de Virgina Beach (Estados Unidos) con la localidad de Sopela. Será el de mayor capacidad que se ha construido nunca en el Atlántico y la velocidad inicial está estimada en 160 terabytes. Tendrá una longitud total de 8.000 kilómetros y los trabajos de prospección de la costa vizcaína ya se realizaron en abril de 2016. Las previsiones apuntaban a que su instalación estaría completada para octubre de este año. No es el primer cable submarino con conexión en tierra desde Euskal Herria. En la costa vizcaína ya existe un tendido que conecta Bilbo con la localidad de Highbridge, en Gran Bretaña, correspondiente a la conexión TGN-Western Europe, propiedad de la empresa Tata Communications y que también dispone de una línea que une Gran Bretaña con la ciudad portuguesa de Seixal. Ambas conexiones están enlazadas por 3.578 kilómetros de cable.

FASTER, a más velocidad y capacidad por el Pacífico

En 2016, Google, junto con otras seis compañías asiáticas de telecomunicaciones, financió y culminó la instalación del cable submarino de Internet con mayor capacidad del mundo. Recorre el océano Pacífico desde Taiwán y Japón hasta Oregón (Estados Unidos) a lo largo de 9.000 kilómetros y es capaz de transportar información a la sorprendente velocidad de 60 terabytes por segundo. Llamado FASTER (más rápido), se ha colocado teniendo en cuenta la actividad sísmica del continente asiático para prevenir caídas de la red en momentos de mayor necesidad, como ante un tsunami.

«Hodeia» ere urpekoa izango da

Interneten gaitasun eskaria areagotu besterik ez da egingo. Etorkizunean, Internetera konektatutako gailuak –“Gauzen Internet” deitzen dena– milioika izango dira. 2020rako trafikoa %26 handituko dela uste da eta, ziur asko, gutxi barru, datuak bidali ez ezik, gorde ere urpean gordeko dira. Datu-zentroek energia gastu handia suposatzen dute eta, klima hotzek eskaintzen duten hozte eraginkortasuna dela-eta, Islandian kokatu izan dira azken urteotan. Datu-zentroek behar duten hozte prozesua gainditu nahian, Microsoft enpresak 2015ean prototipo bat urpean probatu zuen, Kaliforniako kostaldean. Arrakasta izan zuen, dirudienez, eta adituek diotenez, hurrengo belaunaldiko hodeiaren urpeko edukiontzien atarian gaude.

Enlace de interés

Se pueden ver con detalle las diferentes líneas de internet en el mapa interactivo de TeleGeography, del que hemos rescatado la imagen: http://www.submarinecablemap.com