Arkaitz Fullaondo Elordui-Zapaterietxe
Sociólogo y profesor de la UPV/EHU
KOLABORAZIOA

Barrenderos y EGA

Hace unos días, el consejero de Cultura y Política Lingüística Bingen Zupiria señaló en una entrevista si no era excesivo pedir el EGA a un barrendero. La respuesta venía a raíz del debate sobre el sistema de los perfiles lingüísticos, tema estrella de la campaña electoral del PSE y socio de gobierno del PNV. La respuesta me sorprendió bastante vistas las duras críticas del PNV al PSE en campaña por la lamentable utilización que hizo del euskera. Sin embargo, la campaña ha pasado y ahora parece que por lo menos en este tema (en las políticas sociales está claro que no), el PSE hace notar su impronta.

No conozco barrendero alguno que se empleado público y se le haya requerido el EGA para poder acceder al puesto de trabajo. Sin embargo, sí creo que un barrendero, si es empleado público (¿queda alguno?), deba saber euskera. Y creo que lo debe saber no porque lo necesite para barrer o limpiar, sino porque el debate de si es exigible o no el perfil lingüístico no se circunscribe a si el empleado está o no en contacto con la ciudadanía, el tema es mucho más amplio. Estamos hablando por una parte del servicio público y la interacción con la ciudadanía, y por otra, del uso del euskera como idioma de trabajo.

Si queremos que nuestro idioma perviva, este ha de tener una dimensión integral, debe servir para estudiar, investigar, para nuestras relaciones sociales, familiares y para nuestras relaciones laborales. Debe servir, y además, se debe poder utilizar. En este sentido, siguiendo con el ejemplo del barrendero que expuso el consejero, diría que el hecho de que dicho barrendero no sepa euskera provoca que todas sus relaciones laborales deban ser en castellano. Por desgracia, los que trabajamos en la administración pública vemos ejemplos similares a diario. En mi caso, en la UPV suele ser bastante habitual estar en reuniones de trabajo que discurren en castellano porque algunas personas no saben euskera. Uno de los argumentos que se escuchan por parte de algunos profesores es que si su docencia es en castellano y su alumnado no habla euskera ¿por qué deben de saber ellos euskera? Este argumento casa con el ejemplo del barrendero de Zupiria: si no lo necesito para mi trabajo no tengo porqué aprenderlo. El resultado es que gran parte de la vida académica de la UPV se desarrolla en castellano a pesar de que el número de profesorado euskaldun ha aumentado de manera considerable. Y es que aquí emerge para mí una de las cuestiones clave: el uso de un idioma en el mundo laboral no se circunscribe únicamente al ejercicio técnico del empleo, como puede ser impartir la docencia, sino que también condiciona tus relaciones sociales en el ámbito laboral, como son las reuniones, comunicaciones y toma de decisiones con tus compañeros.

¿Debe seguir siendo el euskera un idioma de segunda en el ámbito laboral? Si realmente queremos que nuestro idioma tenga una dimensión integral, su normalización se debe producir en el mundo laboral, que es justamente donde pasamos gran parte de nuestra vida diaria. En este sentido, más allá de garantizar el acceso y la atención de los servicios públicos en euskera, las administraciones vascas, como uno de los principales empleadores de nuestro mercado laboral, deben garantizar el uso del euskera en sus relaciones laborales, como mínimo, al mismo nivel del castellano.

Sí, el barrendero si es empleado público debe saber euskera. Y si no lo sabe, la administración vasca debe garantizarle su aprendizaje de manera gratuita. Uno de los grandes retos de la euskaldunización está en el aprendizaje y uso por parte de las personas adultas, y para ello es necesario que toda persona que quiera pueda aprender nuestro idioma de una forma gratuita. Cuestión de prioridades políticas.

Cada vez somos más los que conocemos nuestro idioma, pero el uso no crece. El conocimiento es básico, pero el uso es fundamental. Si no normalizamos el uso del euskera en el ámbito laboral, seguirá siendo visto como un requisito de acceso y no como un idioma para ser utilizado.