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Montañismo

«Volver entero a casa», el éxito de Txikon en el Everest

«Ha sido mucho más duro de lo que me esperaba», relata el montañero.

El incombustible alpinista Alex Txikon no tenía poco con pasarse casi tres meses en el Everest intentando ascender a la cima más alta del planeta en invierno y sin oxígeno artificial, que 82 días desde su partida hacia Nepal y al día siguiente de aterrizar en Loiu, ya estaba en Bilbo explicando su vivencia. El objetivo parece inacabado, pero la experiencia y el conocimiento adquiridos en esta aventura es «algo impagable» y «volver a casa entero para mí ya es un éxito», reconoció el de Lemoa.

En la rueda de prensa ofrecida para hacer balance de la expedición, el vizcaino se mostró «sorprendido» del impacto que ha tenido su gesta en los medios de comunicación. «Le hemos quitado páginas al fútbol», bromeó.

Y no es para menos. De los 82 días de expedición, 31 los utilizó para trabajo en la montaña, con «sensación térmica en algunos momentos de 60 grados bajo cero», y sobre todo, un fortísimo viento «con velocidades cercanas a los 100 kilómetros por hora». En definitiva, las principales razones por las que finalmente tuvo que desistir en la idea de coronar los 8.848 metros de altitud del Everest en invierno, algo que desde hace casi 40 años nadie había intentado.

Txikon reconoció su error al minusvalorar las condiciones en esta estación: «He comprobado en primera persona por qué nadie lo había hecho en este tiempo», admitió. «Me he ido del Everest con un sentimiento agridulce porque sintiéndome cada vez más fuerte físicamente al final nos ha echado el invierno, no la montaña», explicó el alpinista antes de subrayar que tanto él como sus compañeros de cordada lo han «dado todo, hasta el punto de quedar exhaustos por el esfuerzo».

«No sé si subir al Everest en invierno es la última frontera del ser humano, pero que nadie dude de que al menos lo hemos intentado», añadió Txikon.

«Unas condiciones terribles»

Admitió que no sabían con lo que se iban a encontrar en el Everest, pero que la situación real era «mucho peor» que la ofrecida por los partes de cuatro expertos meteorológicos inter- nacionales. De hecho, las condiciones han sido «durísimas, en algunas ocasiones incluso terribles hasta para alpinistas experimentados como yo», recalcó.

Sobre todo el viento. «Ha sido un día sí y otro también. Era tan fuerte que literalmente me impedía dar un paso hacia adelante, ni Superman hubiera podido avanzar», relató Txikon antes de recordar emocionado la evacuación de su compañero Carlos Rubio, ya recuperado, debido a los problemas derivados del mal de altura. Igualmente, recordó que en la segunda ocasión en alcanzar el Campo 4 (a casi 8.000 metros) se encontró un par de cadáveres o que al bajar hacia el campo base se vio inmerso en una grave avalancha de piedras que pudo haberle costado la vida a él y a sus compañeros.

Evocó como uno de los momentos más emotivos de su estancia en el Himalaya la visita el pasado 6 de marzo del legendario Reinhold Messner, la primera persona que coronó los 14 ochomiles sin oxígeno. «Me dio un chute de energía que no podéis imaginar», subrayó el vizcaino, que a expensas de decidir si volver o no el próximo año, su aventura se completará con un espectacular documental con una cuidada fotografía grabada con cámaras de alta definición y drones y que aspira a ser «un referente en el mundo de la montaña a nivel internacional».