Raimundo Fitero
DE REOJO

Las nuestras

En Ecuador se ha llegado a la situación más surrealista tras conocerse los resultados electorales. Las ganas existentes en los lugares de poder real porque se acabe con todas las esperanzas democráticas en Iberoamérica de lograr cambios hacia un mayor equilibrio social, la urgencia por dejar fuera de las presidencias a las opciones que tengan en su programa algo de justicia, de intención de acortar las desigualdades hace que lleguen a montar un escándalo electoral comparando los resultados de las encuestas a pie de urna con los resultados contados de las papeletas colocadas en la misma, que son los votos. He escuchado al candidato de la derecha más recalcitrante decirlo con énfasis en  sus apariciones públicas y me cuesta creerlo. Ya pasó en España con un resultado que iba en contra de las encuestas que daban como ganador al PP y Arenas dio una rueda de prensa denunciando el pucherazo. Pues ahora lo mismo. Lenín Moreno ha ganado, parece ser que por doscientos mil votos. Muy ajustado. Se puede pedir paciencia para que se recuente, se ajusten, se resuelvan incidencias, pero intentar sacar a la calle a la gente desde el perdedor aduciendo lo de la encuesta es patético.

O es un signo de los tiempos. Hacemos nuestra encuesta, amañada por supuesto, publicamos los resultados en nuestros medios más afines y en las redes y proclamamos al nuevo presidente. ¿Para qué gastarse tanto dinero en un proceso electoral? No es necesario que venga observadores de la OEA que confirman la limpieza de los comicios. Lo que vale es lo que nos dicen nuestras encuestas. En Serbia había elecciones presidenciales este domingo y ha ganado Aleksandar Vucic, actualmente primer ministro del SNS (Partido Progresista Serbio). ¿Quién decide que no nos interesan estas elecciones? Las encuestas. Las nuestras.