Unas niñas de Lleida se han convertido en pioneras de la igualdad a través del fútbol. Se han proclamado campeonas de una liga infantil jugando contra equipos formados por niños. Parece que hasta ciertas categorías se permite equipos mixtos pero a partir de infantiles deben ser solo masculinos, pero ellas para seguir su progresión futbolística de acuerdo con su entrenador y equipo de dirección decidieron inscribirse con un equipo femenino en la liga masculina. Y tras tres años, se han proclamado campeonas. Además con una diferencia de puntos abismal. Un paseo triunfal por los campos de fútbol.

Y una vez logrado el éxito, un paseo por todos los medios, con toda la candidez de su edad, con todo el encanta de su inocencia, con toda la lucidez de su espontaneidad que no les hace sentirse pioneras, sino jugadoras triunfantes de un deporte masculinizado, machista en muchos puntos y que siempre ha propiciado la desigualdad, pero que estas niñas han logrado desmontar todos los prejuicios, todos los apriorismos, toda la literatura barata, incluso la médica que discrimina a los sexos para ciertas actividades. Este es el gran triunfo, un triunfo sin demagogias, ni proclamas, a base de entrega, trabajo, capacidad, ilusión. Este equipo cuando entró en al liga sufría derrotas y hasta vejaciones en los campos. Hoy es un equipo respetado. Y una referencia mundial. Una escuela de futbolistas femeninas que deben tener una progresión deportiva, mediática y por lo tanto económica. El equipo AEM de Lleida ha dado un paso de gigante para terminar con muchas actitudes machistas, ha abierto las puertas para emprender el camino de la igualdad sin condiciones. Y lo ha hecho con el fútbol, un deporte de masas, es decir un mensaje asimilable en primera instancia para todos que debe reforzar la igualdad.