Jon ORMAZABAL
Pelota

Ideas claras, consistencia y frescura, los factores de la fórmula perfecta de Artola

El de Alegia propuso un partido muy práctico y serio con el que llegó a ponerse 20-5 por delante y la reacción tardía de Unai Laso no fue suficiente

ARTOLA 22

LASO 13


«Con las ideas claras, la consistencia necesaria y frescura física, el mano a mano puede ser una especialidad sencilla». Esa fue la máxima que Iñaki Artola llevó hasta las últimas consecuencias para superar a un fajador Laso y conseguir el pase a cuartos de final, donde se enfrentará al campeón Iker Irribarria. Con este resultado, la parte alta del cuadro se llena de guipuzcoanos y habrá un pelotari de este herrialde en la final.

A pesar de saberse favorito, Iñaki Artola se presentó en Zumaia con la lección bien aprendida, sabía del poder aéreo de su rival y trajo un plan bien estudiado. No se trataba de ninguna idea revolucionaria, era algo tan sencillo como arrimar la pelota a la pared izquierda, independientemente de si atrasaba la pelota medio cuadro más o medio cuadro menos.

Pero no se quedó ahí. Además de dominar el concepto, tuvo la paciencia necesaria para insistir constantemente en el plan ideado y la frescura física para no buscar soluciones más rápidas. Sin buscar el lucimiento, el de Alegia ejecutó un partido práctico mientras Unai Laso mostraba grandes dotes defensivos, se apoyaba con el sotamano, pero terminaba cediendo ante la persistencia de su rival.

A pesar de que el de Bizkarreta se lució en un par de restos –donde se marca la diferencia en el mano a mano– siguiendo la misma política de arrimar la pelota a pared izquierda, el saque fue otro argumento del de Alegia y el partido parecía sentenciado en el 20-5.

Sin embargo, Artola mandó a las tablas uno de los pocos ganchos de zurda que probó y ahí cambió el guión.

Digna reacción

Visto el partido perdido, al navarro no le quedó otra que arriesgar, tuvo momentos de extremo acierto, sobre todo con el dos paredes y, con el apoyo de un público que se decantó por el más débil, tuvo una reacción de orgullo. Sabiendo que alguna tendría que fallar, Artola no llegó a ponerse nervioso, pero sí que se llevó un pequeño sofoco hasta que Laso erró.