Amaia U. LASAGABASTER
GIRO

Quick Step apuesta y gana

Fernando Gaviria se lleva etapa y liderato después de que su equipo revolucionara el final de etapa.

El Giro se despidió de Cerdeña con cambio de líder y un final de etapa espectacular, que premió la apuesta, y la fuerza, de todo un equipo. De Quick Step, concretamente, que rompió la jornada en los doce últimos kilómetros, coronados por la doble victoria de Fernando Gaviria. El antioqueño se llevó la etapa y sucedió a André Greipel al frente de la clasificación general. La alegría fue triple para el velocista porque, a sus 22 años, se convertía en el colombiano más joven en ganar una etapa en una gran vuelta.

Tampoco es una sorpresa. El propio Gaviria, aún reconociéndose un tanto nervioso ante su primera participación en una carrera de tres semanas, pero avalado por su excelente trayectoria en sus poco más de dos años como profesional, confesaba su doble objetivo al aterrizar en Cerdeña el pasado jueves: vestir la primera magglia rosa de esta edición del centenario y llegar a Milán dentro de tres semanas. No parece que pecara de exceso de optimismo. 12º en el sprint de Olbia, cuarto en el de Tortoli, ni su equipo ni él perdieron la confianza y a la tercera logró ese doblete que buscaba. Ante toda su familia, que también debía tenerlo claro y le esperaba en meta para celebrarlo.

Hasta que la batalla de esos últimos kilómetros acabó coronando a Gaviria, la tercera etapa –148 kilómetros entre Tortoli y Cagliari– se había desarrollado según lo previsto. Escapada permitida, que mantuvo a Eugert Zhupa (Wilier), Jan Tratnik (CCC) e Ivan Rovny (Gazprom), acompañados durante algunos kilómetros por Kristian Sbaragli (Dimension Data) en cabeza de carrera durante buena parte la jornada. Vigilada por el Lotto de Greipel, la fuga nunca alcanzó rentas importantes. Poco antes de que fuera absorbida llegó la verdadera preocupación, con el cambio de dirección y la entrada del viento, que llenó el pelotón de tensión y nervios.

Pero ni siquiera con el nivel de alerta en máximos fue capaz del resto de equipos de evitar, ni después neutralizar, el acelerón de Trek y el hachazo definitivo de Quick Step que, capitaneado por un sensacional Bob Jungels –uno de los que le dio a la escuadra el campeonato del mundo contrarreloj en Doha– colocó a una decena de corredores, seis de ellos del equipo belga, en cabeza de carrera a sólo doce kilómetros del final y con el viento lateral pegando fortísimo tras otro cambio de carretera. Atento, se incrustó Greipel pero un problema mecánico acabó dejando al líder, con todos sus compañeros desaparecidos, fuera del grupo que pelearía por el triunfo.

Se sufría por detrás –los líderes también se cortaron aunque acabaron a sólo trece segundos del ganador– y se sufría por delante, de donde fueron cayendo corredores, hasta el punto de amenazar el triunfo de Quick Step, que vio reducida su presencia en la cabeza a dos a cinco. No importó, tampoco el intento de Nathan Haas. Gaviria tenía el rosa metido entre ceja y ceja y, lanzado por Maximiliano Richeze, arrancó con fuerza para premiar la apuesta de su equipo.

Jornada de descanso

Tras el tríptico sardo que ha dado inicio a la edición del centenario, el pelotón disfruta de su primera jornada de descanso. Y vive su primer traslado. A Sicilia, donde espera la primera llegada en alto, con la pancarta de meta del Etna a 1.892 metros, y Vincenzo Nibali especialmente motivado ante la posibilidad de llegar de rosa a Messina.

«Es lo que venía buscando»

El colombiano Fernando Gaviria no quiso, tampoco habría podido viendo el desarrollo de la etapa, olvidarse de su equipo al subir al podio.

El velocista reconoció sentir «una felicidad enorme porque fue un trabajo de todo un equipo», que acabó dándole «lo que venía buscando. «El equipo me trajo para intentar darle victorias. Y para mí es lindo poder dársela porque confiaron en mí los dos días anteriores pero mis piernas no respondieron. Hoy sí he podido y estoy muy contento por eso». En lo que respecta al hachazo de Quick Step, Gaviria no creía que pudiera catalogarse de «sorpresa, porque todos los equipos sabíamos cómo era y queríamos estar adelante. Pero mis compañeros han sido los más fuertes y hemos conseguido una bonita victoria».

Coincidió André Greipel, al reconocer que «nos han sorprendido pese a que todos sabíamos que la carretera giraba ahí y se iba a intentar algo». GARA

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