Bob Jungels (Quick Step) logró su primera victoria en una grande al imponerse ayer al sprint del grupo de los más fuertes en la decimoquinta etapa del Giro con final en Bérgamo. Los seis primeros de la general entraron juntos pese al ataque de Nibali en los últimos kilómetros y Nairo Quintana, que superó una caída, entró segundo y recortó seis segundos con Ton Dumoulin, que sigue con la maglia rosa.

La etapa se desarrolló a una gran velocidad y llegó con un adelanto importante porque los ciclistas pensaban que la fuga podía llegar a la meta y hubo una gran pelea por formarla. Tardó 115 kilómetros en cuajar una escapada buena en la que entró Julen Amezketa, pero el Orica no permitió que cogiera más de dos minutos de ventaja.

Pierre Rolland y Luis León Sánchez saltaron en la subida del Miragolo San Salvatore para formar un quinteto de cabeza con los tres más fuertes de la fuga. Van Rensburg, Molard y Deignan, pero entre Verona y Plaza se bastaron para conseguir que fueran atrapados en la última subida no puntuable a cuatro kilómetros de meta con el empuje del Bahrain para preparar el ataque de Nibali.

Entre los favoritos de la general lo más destacado fue la caída de Nairo Quintana en el descenso del primer puerto, sin que nadie aprovechara para atacarle. Tom Dumoulin redujo la marcha del grupo principal. El séptimo de la general, Tanel Kangert, chocó a diez kilómetros para el final con una señal que no estaba protegida en la mitad y tuvo que abandonar y dio continuidad a la fatalidad que persigue este año al equipo Astana.

El Giro vivirá hoy una jornada de descanso antes de empezar mañana con una última semana durísima en la que los escaladores tendrán que atacar desde el primer día y de lejos para intentar desbancar a Tom Dumoulin.