Raimundo Fitero
DE REOJO

Esa cara

Las noches electorales son magníficos tratados de sicología, sociología, politología y cachondeo. La cara de Susana Díaz, cariño, era un compendio del mal perder, de la mala jandí, de la falta de altura democrática y de la ignorancia política al creerse las encuestas interesadas, y que el votante tipo de las primarias era su cuñado de Huelva y los barones con demasiados trienios a costa de los presupuestos generales del Estado.

Solamente ha habido alguien con peor perder que Susana, cariño: Juan Luis Cebrián, el falangista enriquecido que ha convertido su diario y todo su grupo en el hazmerreír periodístico. El director y los redactores de “El País”, ese medio ultraconservador fan de Soraya, deberían hacer como los trabajadores de TVE y denunciar las manipulaciones.

Uno se dedicó a mirar con detenimiento los que acompañaban al ganador y los que se borraron de la foto de la Gran Perdedora, Susana, cariño. ¿Dónde se escondió el taimado Madina? Al menos el traidorcillo de Antonio Hernando tuvo un acceso de medio dignidad y ha dimitido como portavoz en el Congreso. Debería entregar el acta de diputado. No ha gustado en la prensa de derechas porque temen que se acabe ese mundo amordazante del PPSOE. Todo está por ver.

Pedro Sánchez ha recuperado el protagonismo, el liderazgo, ha ganado una contienda muy dura y deberá cuidarse las espaldas para ver los cuchillos que le lleguen y empezar a pedir responsabilidades a todos los que le han vilipendiado dentro de su partido. Como dijo en su discurso, esto no ha hecho nada más que empezar. Y nos queda Pachi, que seguro pillará cacho. Se entregará de nuevo a Sánchez y se le compensará. Recuérdese que ya fue la tercera autoridad del Estado español como presidente de las Cortes tras el rey y Rajoy. Susana, cariño, tú a tus demagogias liberales y rebujitos.