Viaje a través del cine francés
Dicen los que le conocen que, antes de ser recordado como cineasta, Bertrand Tavernier prefiere que se le asocie con la figura del cinéfilo. De ese romántico que sabe que la única manera que tiene de saciar su pasión, es devorar (y analizar, y almacenar, y digerir...) películas. A los 76 años de edad, y después de haber superado in extremis algún que otro bache de salud, este lionés gourmet del séptimo arte, decide dejarnos su legado. Labor que lleva a cabo conjugando sus dos profesiones favoritas.
Su última película como director es también su trabajo definitivo como amante del cine. “Las películas de mi vida” es, como indica su título en verisón original, un “viaje a través del cine francés”. Una clase magistral de más de tres horas de duración (y más que podría haber durado). Un documental movido por el amor al arte (nunca mejor dicho) y fundamentado en la mirada y sensibilidad propiedad de ese maestro que a todos nos hubiera gustado tener. Una invitación a reencontrarnos con esos viejos amigos: Belmondo, Becker, Godard, Carné... Astros del cine mundial; piezas imprescindibles de esas películas que sí, también son las de nuestra vida.