Mikel CHAMIZO
MÚSICA CLÁSICA

Final al estilo ruso

No era la primera vez que Leticia Moreno colaboraba con la Orquesta de Euskadi, pues ya participó en el CD que la OSE y Juanjo Mena dedicaron a Carmelo Bernaola en 2013. Pero sí era el debut de Moreno en la temporada de abono de la orquesta y había cierta expectación que no se vio del todo correspondida.

Como alumna de tres grandes maestros rusos –Bron, Vengerov y Rostropovich–, quizá esperábamos una versión excepcional del ”Concierto para violín” de Khachaturian por parte de la madrileña. Pero Moreno no tiene aún del todo interiorizado este concierto, o lo tiene solo en parte: la faceta virtuosística habló sin obstáculos, superando con relativa facilidad las diabluras técnicas que exige Khachaturian; pero al discurso en sí mismo, ese que ancla raíces en el folclore armenio y establece una relación de brillante camaradería con la orquesta, le faltó rumbo y profundidad.

En la segunda parte todo funcionó mejor, pues la OSE es una orquesta que suena muy bien con el repertorio ruso y Andrey Boreyko es un gran especialista en la música de su país. Imprimió a la versión de “Romeo y Julieta” de Prokofiev gran tensión dramática, olvidándose un poco del espíritu balletístico pero logrando de la OSE uno de los mejores rendimientos de la temporada. La selección de escenas del ballet que hizo el propio Boreyko, sin embargo, pareció no funcionar del todo, con mucha intensidad en el tramo central que disolvía un poco hacia el trágico encadenamiento de sucesos final.