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HELSINKI

El amago de dimisión del gobierno finés hace estallar a la extrema derecha

Ni dimisión del gobierno de centro-derecha ni elecciones anticipadas. El partido xenófobo Los Verdaderos Finlandeses se ha partido en dos tras la elección del islamófobo Halla-aho como su líder.

El primer ministro finés, Juha Sipilä, dio marcha atrás en su amenaza de forzar la dimisión del Gobierno después de que el partido xenófobo Los Verdaderos Finlandeses se escindiera entre los partidarios del nuevo presidente, el controvertido Jussi Halla-aho, y el ala crítica, que anunció la creación de otro partido, Nueva Alternativa.

En el poder desde 2015 con una alianza con los conservadores y con la formación neoultra-derechista, el centrista Sipilä propuso una nueva coalición con los escindidos de Nueva Alternativa, que se han llevado a 20 de los 37 diputados, entre ellos el fundador del partido y titular de Exteriores, Timo Soini, y los demás ministros de la formación xenófoba que forman parte del Gobierno tripartito de Helsinki.

Todos ellos rechazaron la línea explícitamente xenófoba y antiUE de su efímero nuevo líder, Halla-aho, gran perdedor de esta crisis y que asumió el sábado pasado la jefatura de un partido que tres años después queda absolutamente jibarizado.

No es pues extraño que denunciara la «traición» de sus antiguos «camaradas»: «Esto estaba probablemente preparado y bien tramado con los otros partidos de la coalición».

«Yo esperaba que alguno o algunos diputados tomarían esta decisión, pero no podía prever semejante fuga», confesó el líder de Los Verdaderos Finlandeses, quien prometió restañar el partido de cara a las futuras citas electorales. Sin embargo, un sondeo publicado hace seis días por la televisión pública Yle –antes de la escisión– auguraba solo un 9% de intención de voto a su formación, frente al 17,7% que lograron en las legislativas de 2015. El problema se le agrava pues ahora tendrá que pugnar por el mismo electorado con Nueva Alternativa.

El primer ministro, que horas antes anunció que iba a presentar su dimisión al presidente finés, Sauli Niinistö, tenía suficientes apoyos para seguir gobernando. Incluido el del Partido Conservador, cuyo líder, el ministro de Finanzas, Petteri Orpo, saludó el número y el coraje de los escindidos.