La WOPeak alcanza el Campo base de los Gasherbrum
La llegada de Iñurrategi, Vallajo y Zabalza se ha producido antes de lo quehabían previsto. Ahora, los tres montañeros iniciarán la fase de aclimatación.
La cordada formada por Alberto Iñurrategi, Juan Vallejo y Mikel Zabalza, que partió de Euskal Herria el día 6, ha alcanzado ya el Campo Base de los Gasherbrum en una expedición que quiere enlazar las cimas del G-I (8.068 metros) y el G-II (8.035).
Según informó su equipo de apoyo, una vez completada la marcha de aproximación «antes de lo previsto» y con un tiempo «bastante revuelto», los tres montañeros y el fotógrafo Arkaitz Saiz iniciarán ahora la fase de aclimatación y de examinar el terreno sobre que el que van a buscar la ascensión.
«Ahora es el momento de inspeccionar el glaciar y buscar el itinerario para llegar al C-1 entre el caos de bloques de hielo», explicó Iñurrategi antes de incidir en que una de las claves para que puedan culminar con éxito esta expedición será una «buena aclimatación». «Esperamos que esta vez las condiciones de nieve nos acompañen. Esto último no está en nuestra mano, pero va a ser clave para que podamos intentar la travesía», destacó el guipuzcoano recordando que el pasado año el viento y las fuertes nevadas les obligaron a renunciar a la cumbre.
Con esta expedición, impulsada por la Fundación WOPeak, que promueve la investigación las enfermedades neurodegenerativas, esperan dar por concluida la iniciativa “Al 8.000 en 8 pasos” iniciada en 2010.
Nueva medición del Everest
Por otra parte, el Departamento de Cartografía (DoS) de Nepal ha comenzado la medición del Everest, establecida en 1954 en 8.848 metros por el topógrafo indio B.L Gulatee, para determinar si sufrió alguna alteración tras el terremoto de abril de 2015, que causó 9.000 muertos.
«Hemos comenzado la primera fase de medición, denominada nivelación», indicó ayer el director general del DoS, Ganesh Prasad Bhatta, sobre un proceso que se puso en marcha el pasado domingo en la localidad de Bansghari, unos 140 kilómetros al sur del pico más alto del mundo. Los resultados, que se esperan para dentro de unos dos años, revelarán si la altura del Everest experimentó alguna modificación a causa del terremoto y sus réplicas y por el continuo desplazamiento de las placas tectónicas, como han sugerido diferentes estudios.