El torneo de tenis más prestigioso sobre hierba, el de Wimbledon, ya está a la vuelta de la esquina, y el suizo Roger Federer y la checa Petra Kvitova enviaron sendos avisos a sus rivales de cara a la cita londinense que arranca el próximo 3 de julio.

Federer, siete veces campeón del tercer Grand Slam de la temporada, sumó ayer el noveno título en Halle al derrotar al alemán Alexander Zverev en la final por 6-1 y 6-3 en 53 minutos. De esta manera, el helvético suma su cuarto torneo esta temporada (Abierto de Australia, y Masters 1.000 de Miami e Indian Wells) para sumar el título 92º de su carrera deportiva.

El actual número cinco del mundo se marchó del Gerry Weber Stadium sin haber cedido un solo set en la semana, venciendo a los dos hermanos Zverev en su camino – Alexander y Mischa–, y desplegando todo su arsenal de forma convincente. Pero lo que es más importante, con la maquinaria engrasada para afrontar Wimbledon en la forma que planeaba.

No le salieron bien las cosas en Stuttgart –sobre hierba– en su vuelta después de algo más de dos meses al circuito ante el alemán Tommy Haas, contra el que incluso tuvo bola de partido. Pero ha sido pisar Halle, disputar su 11ª final allí y recuperar sus buenas sensaciones.

Kvitova vuelve a sonreír

Si los méritos de Federer en su carrera son más que conocidos por el público, mención especial se merece también la checa Petra Kvitova. Ayer en Birmingham sumó su 20º título en su palmarés al derrotar a la australiana Ashleigh Barty –verdugo de Garbiñe Muguruza en semifinales– por 4-6, 6-3 y 6-2, tras haber sido herida el pasado 20 de diciembre en la muñeca izquierda y en su domicilio de Prostejov, al ser atacada por un individuo armado con un cuchillo.

Después de ser operada al día siguiente por el doctor Radek Kebrle durante tres horas y 45 minutos en un hospital de Brno de cortes en sus cinco dedos izquierdos, y recuperarse lentamente después, Kvitova solo ha podido disputar dos torneos este año. Reapareció en Roland Garros, donde fue eliminada en la segunda ronda por la estadounidense Bethanie Mattek-Sands por 7-6 y 7-6, y después aprovechó una invitación en Birmingham donde alcanzó la final sin ceder un solo set.

Por su parte, el español Feliciano López completó su gran juego en Queen’s coronándose por primera vez en este torneo al ganar en la final al croata Marin Cilic por 4-6, 7-6(2) y 7-6(8).