Nunca he sabido pronunciar bien esta palabra del título ya que suelo dejarme llevar por las tendencias televisivas. Lo cierto es que se ha desprendido de la Antártida un iceberg (ponga el acento mentalmente donde desee y si quiere convertir la ce en ese, es libre de hacerlo, parecerá más cool) que es considerado el mayor de la historia. Veo las imágenes y pienso en todos aquellos que han invertido su dinero en comprarse apartamentos al borde de un mar o un océano. Me imagino algunas ciudades desaparecidas, marcos incomparables convertidos en lagunas innavegables.

La ultra derecha ha soltado otro iceberg: Mayor Oreja. Es tan inhumano, tan grosero, tan impúdico lo que están haciendo en el vigésimo aniversario de la muerte de Miguel Ángel Blanco que es mejor callarse. Bueno, quiero refrescar también mi memoria. Estaba en la redacción de “Egin” en Iruñea. Recibí amenazas de muerte e insultos constantes. El teléfono se convirtió en un infierno. Desde luego fueron días importantes para la historia. No digo más. Pero lo del PP, utilizando hasta la Fundación del concejal ermuatarra para robar, es un signo de su catadura moral. Sacar del mausoleo a Mayor Oreja es una señal más del fin del mundo. Ahora resulta que el procés catalán es ETA. Y Messi, me imagino. En TVE han hecho con él un akelarre vomitivo. Cambio y corto. Hoy último encierro de 2017. Los jamelgos con cuernos de Miura. Más aburrimiento. La masificación turística, las narraciones estadísticas acríticas y el anuncio del chorizo riojano se acaban. No me he perdido ninguno. Me he aburrido como nunca. No es culpa de TVE. Pero ha contribuido a su difusión global y ahora manda el negocio y es un parque temático. Menos mal que ETB nos fustigará con el encierro del Pilón. Más emocionante sin duda. Miren el iceberg y recen, si saben.