Federer hace historia al vencer a un mermado Cilic
Roger Federer se convirtió en el jugador que más veces ha ganado Wimbledon, al cosechar ayer su octavo título, que estuvo mediatizado por los problemas físicos de su rival, el croata Marin Cilic. A la par, el helvético superó otra barrera, al lograrlo como el más veterano de todos los tiempos –a punto de cumplir los 36 años– y hacerlo por primera vez en su palmarés sin ceder un set.
Lo cierto es que el enfrentamiento apenas tuvo historia y así lo reflejó el cómputo global –6-3, 6-1 y 6-4–, con un Federer mucho más concentrado en la pista, sin apenas errores, frente a un Cilic errático y que llegó a llorar de impotencia en el intermedio de la contienda al ser consciente de que se le escapaba una oportunidad de oro para conseguir su segundo Grand Slam. Por contra, el suizo acumuló su decimoctavo entorchado, ahí es nada.
Ampolla en el pie izquierdo
El desequilibrio sobre la hierba del All England Club quedó patente al ser la final más corta en juegos desde 2002 y se decantó del lado suizo, entre otras cosas, por el mejor saque del ganador –una de las bazas que habían llevado a Cilic hasta la final– y el menor número de errores no forzados que cometió.
Pese a estar más que acostumbrado a levantar trofeos y recibir la ovación del público, Federer no pudo contener las lágrimas al compartir la alegría con su mujer y cuatro hijos, que estaban en el palco. «Si crees mucho en algo, puedes conseguirlo. Espero que no sea mi último partido y pueda venir aquí el año que viene a defender el título», apuntó el tenista que recuperará el número tres en el ránking y que demostró haber acertado con su dosificación durante la temporada.
Su rival no pudo sino lamentarse por la «mala suerte» de tener que jugar con una ampolla en el pie izquierdo, «que ya me molestaba en semifinales. Los fisios han hecho todo lo que han podido, pero era incapaz de reaccionar rápido», concretó.