Txisko Fernández
Periodista
IKUSMIRA

Vacaciones en casa

El titular de este artículo no hace referencia a uno de esos recursos periodísticos veraniegos para rellenar una parte del periódico juntando letras con un tema recurrente. No. En esta ocasión se trata de la cruda realidad retratada por Eurostat, que el 31 de julio hizo público el resultado de un estudio que concluye que en 2016 uno de cada tres ciudadanos y ciudadanas de la Unión no pudo permitirse unas vacaciones de una semana fuera de su lugar de residencia (más información sobre el tema en la página X de Udate, el suplemento estival que incluye hoy GARA).

Como ocurre en este tipo de informes, la media comunitaria se calcula teniendo en cuenta los datos obtenidos en los 28 estados, por lo que nos encontramos extremos como los de Rumanía o Croacia, donde son casi dos de cada tres las personas que no pueden marcharse de vacaciones, y Suecia, donde solo se quedan en casa todos los días del año ocho de cada cien.

Puesto a repasar mis ya numerosos veranos, me he percatado de que en los primeros veinte mi familia era de las que no solía irse de vacaciones ni una semana, aunque a mí me mandaran unos días a casa de algún familiar en un pueblo cercano. Y supongo que los motivos no eran muy diferentes a los de ahora: las prioridades económicas pasaban por ahorrar para pagar el préstamo de la vivienda y la crianza de los vástagos. Eso sí, aquellos eran años de «pleno empleo» por estos lares, muy distintos de los actuales.

Hace tiempo que me gusta ser un viajero empedernido y muchas veces soy un turista más. Muchos millones de europeos no pueden, no es que sean turismofóbicos.