Trinidad y Tobago, sorpresa en los relevos 4x400 masculinos
El cuarteto caribeño sorprendió a Estados Unidos en los últimos metros. Semenya y Barshim también triunfaron en sus modalidades.
Trinidad y Tobago protagonizó la traca final de los Mundiales de Londres, al hacerse contra pronóstico con el oro en los 4x400 masculinos, dejando con un palmo de narices al cuarteto estadounidense, claro favorito. Los norteamericanos fueron los primeros en entregar el testigo y lideraron la prueba en su mayor parte, pero se vieron claramente sorprendidos en los últimos metros. El último relevista caribeño sprintó con una gran potencia, mientras el estadounidense se fue hundiendo hasta el punto de que casi fue superado por Gran Bretaña, que finalizó en tercera posición.
Jamaica agrandó su mala fortuna en estos mundiales con una nueva lesión en los 4x400 femeninos, cuando su segunda relevista tuvo que pararse fruto de un tirón muscular. Ello facilitó todavía más la victoria de Estados Unidos, favorito de antemano, que firmó un gran registro con 3:19.03. Gran Bretaña se hizo finalmente con la plata en una bonita pugna junto a Polonia, que se colgó el bronce.
Kenia puso en práctica una estrategia conjunta en los 1.500 metros masculinos para hacerse con el oro y la plata en la modalidad. Los atletas africanos rompieron la carrera muy pronto, transcurrido el minuto y medio ya habían acelerado el ritmo hasta tal punto que se fueron en solitario los tres corredo- res –Manangoi, Cheruiyot y Kiprop– hacia la meta.
Sin embargo, el noruego Filip Ingebrigtsen no se rindió al dominio keniata, tiró del grupo de atrás, consiguió enlazar, superó a Kiprop y aguantó la tercera posición para hacerse con el bronce. Manangoi, por su parte, hizo bueno su mejor sprint sobre Cheruiyot para confirmar el hecho de que mantiene la mejor marca de la temporada.
Semenya, muy superior
La sudafricana Caster Semenya, siempre bajo la suspicacia por sus niveles hormonales, aplicó su dictadura atlética en los 800 metros femeninos. Ganó cuándo y cómo quiso, reservándose en el primer tramo de la carrera para remontar posiciones por la parte de fuera con toda facilidad, superando en la recta final a Francine Niyonsaba y Ajee Wilson.
Fueron precisamente la atleta de Burundi y la estadounidense quienes rompieron la carrera con un alto ritmo, que no fue suficiente para dejar atrás a la sudafricana, que fuese bronce en los 1.500 y que participaba en su tercera prueba. Un dato significativo de lo rápido que se corrió fue que los 1:55.16 finales logrados por Semenya se convirtieron en la mejor marca del año.
Poco margen a la sorpresa dejó el catarí Mutaz Essa Barshim en el salto de altura masculino, quien se colgó el oro con unos 2.35 inalcanzables para el resto de participantes. Solo Danil Lysen- ko –compite sin bandera– le plantó cierta resistencia, con 2.32, ya que los demás saltadores se quedaron en 2.29. Desde el principio, ya se pudo comprobar la diferencia brutal de Barshim a la hora de superar el listón.
La keniata Hellen Onsando Obiri, líder mundial del año, demostró ser la más fuerte en 5.000 metros femeninos, aguantando primero la criba que realizó la etíope Almaz Ayana, que buscaba el doblete tras vencer en 10.000, y superándole después con gran potencia en los últimos 200 metros. La prueba, muy rápida, fue prácticamente un duelo entre ambas a partir del cuarto minuto, mientras el resto tuvieron que pelear por el bronce, que finalmente se lo embolsó la holandesa Sifan Hassan y así se resarció del fiasco de los 1.500.
No hubo tampoco lugar a la sorpresa en el lanzamiento de disco femenino, pues la croata Sandra Perkovic, a años luz de sus rivales, se hizo con relativa facilidad y siendo la única que superó los 70 metros –70.31– con el título mundial. La australiana Dani Stevens se postuló como gran merecedora de la plata –la única atleta que se acercó a la balcánica–, mientras que las discóbolas cubanas estuvieron muy lejos de su mejor nivel competitivo.