Joseba ITURRIA
REAL

Algo ha cambiado en Anoeta

Xabi Prieto fue el protagonista del mayor reconocimiento de la afición a un jugador en el estadio y se vivió un ambiente extraordinario.

Xabi Prieto vivió el viernes en Anoeta la mayor muestra de cariño de una afición que ha cambiado en los últimos años y lo demostró no solo con el homenaje al capitán, también en el recibimiento a Imanol Agirretxe.

La inmensa mayoría de la afición de Anoeta siempre ha sido ejemplar, con una fidelidad y un conocimiento superior a la media que quedó de manifiesto en los momentos más duros, sobre todo en el descenso a Segunda. Pero su apoyo era frío, silencioso, necesitaba que alguien prendiera la mecha para secundarla y eso provocaba que solo se escuchara a unos pocos miles que ni entendían de la Real ni del fútbol, que no se conformaban con lo que veían en Anoeta y siempre descargaban su frustración contra los jugadores que llevaban más años, a los que pitaban hasta conseguir su objetivo de no verlos en el equipo.

Eso se convirtió en una tortura para los que más años jugaban en la Real, los capitanes, y el ejemplo más revelador de esos pitos injustificados fue Aranzabal, pitado cuando fue sustituido con la nariz rota en la situación más triste de la historia de Anoeta. Le cedió el brazalete de capitán a Aitor López Rekarte y le dijo «ahora te va a tocar a ti».

Y bien que le tocó, como a otros, y hasta un jugador ejemplar como Mikel Aranburu empezó a escuchar algunos pitos y quiso irse en un gran momento para no vivir esa situación.

Y lo daban por acabado...

Y el propio Xabi Prieto empezó a escucharlos. «Estaba acabado», decían los listos de Anoeta hace unos años, antes de que Montanier tomara la sabia decisión de alejarlo de la cal del precipicio de la banda y centrar su posición para que su talento y su calidad apareciera sin necesidad de una velocidad que no tenía para desbordar de extremo.

Así su rendimiento ha subido de una manera espectacular y sus detractores o se han callado o han desaparecido de Anoeta. Curiosamente, cuantos menos abonados hay mejor es el ambiente. No solo se han ido algunos de esos aficionados nocivos, además han entrado muchos jóvenes con otra actitud, que no apoyan callados, sino que se hacen esuchar, y animan a los que siempre han querido apoyar. Eso unido a los buenos resultados y al buen juego motiva que Anoeta parezca un estadio diferente, donde se valora a los realistas que se han ganado durante años el respeto de su afición.

Y el viernes fue el mejor ejemplo de eso. Es verdad que el partido fue espectacular, pero con 0-0 en el minuto 10 y sin ninguna ocasión de gol, todo el estadio se puso en pie durante sesenta segundos coreando el nombre de su capitán en una iniciativa que surgió de los aficionados mientras en el fondo en el que se han recolocado a los que más apoyan se podía leer «Betidanik eta betirako txuriurdin. Eskerrik asko Xabi».

Pero no solo fue el homenaje al capitán, igual de emotivo y espectacular fue el recibimiento a Agirretxe. Nunca en Anoeta se había vivido algo parecido, nunca tanto apoyo a jugadores que llevan tantos años en la Real en un partido cualquiera. Eso es muy importante porque la Real solo puede estar por encima de lo que le corresponde por presupuesto si consigue mantener el máximo tiempo posible a los jugadores que salen del territorio en el que, de manera milagrosa, nacen más futbolistas de calidad por número de habitantes.

Y no hay nada mejor para eso que Anoeta reconozca el compromiso y calidad de los guipuzcoanos que deciden jugar siempre en la Real como hizo el viernes con Xabi Prieto. Algunos quieren irse a otros equipos para ganar títulos, pero hay otras cosas mas importantes. Lo ha vivido Illarramendi. Es mejor poder bajar de casa al local de los amigos en chancletas en Mutriku o salir en las vaquillas con ellos que aislarse en una urbanización burbuja de Madrid o sentir lo que sintió Xabi el viernes.

Marino Lejarreta, ganador de la Vuelta del 82, solía repetir que su mejor victoria fue conquistar a la afición. Xabi Prieto venía a decir ayer algo parecido. Porque dentro de muchos años paseará por el paseo de La Concha con sus nietos y notará el respeto, el cariño, la admiración y el agradecimiento de toda su gente. Y Xabi Alonso, por ejemplo, se paseará con más títulos y será reconocido, pero no percibirá ese cariño y ese agradecimiento.

«Me siento más querido que nunca, es lo más bonito»

La Real publicó ayer unas declaraciones de Xabi Prieto en un vídeo en el que se resumía en imágenes lo que vivió el viernes y reconocía que «me he emocionado. Fue uno de los días más bonitos con la camiseta de la Real. Aunque solo quería centrarme en el partido y hacerlo lo mejor posible para conseguir los tres puntos, han pasado muchas cosas por la cabeza y por suerte todo ha salido de maravilla. Sabía de la iniciativa, no sabía cómo iba a ser y cómo iba a reaccionar y ha sido bonito, muy emocionante y estoy superagradecido. Me siento querido, más que nunca, y eso es lo más bonito que puede sentir un jugador».

Eusebio, por su parte, señalaba que «ha salido todo muy bien y todo lo que ha rodeado el partido ha sido muy bonito. La vuelta de Imanol al estadio, cómo lo ha recibido el público y lo ha apoyado. Y lo de Xabi fue fantástico, muy especial. Es lo que se merece, el homenaje, el cariño que le da la gente, y nos ha obsequiado con un partido brillante, ha estado sensacional».

Pero lo más significativo es lo que decían los jóvenes en twitter, porque ellos deben querer vivir lo mismo. Así Oyarzabal trasmitía que «vuelta a Anoeta con victoria en un día muy especial. 500 partidos y un ejemplo tanto dentro como fuera del campo. Zorionak Capi». Álvaro Odriozola escribía que «una noche inolvidable para nuestro capitán. Un orgullo para toda la familia de la Real Sociedad». Ander Guevara, que se vistió el viernes y ayer jugó en la derrota del Sanse ante el Athletic B (0-3), apuntaba que «siempre podré decir orgulloso que fui testigo de tu partido 500. Tu dedicación y sencillez hacen que seas más que un ejemplo!». J.I.

Honi buruzko guztia: REAL