Mikel CHAMIZO
QUINCENA MUSICAL

Recital de un violonchelo y su violonchelista

Además de al propio Isserlis, quien ya se metió al público en el bolsillo en su debut el año pasado, el recital del pasado lunes en Quincena tuvo como protagonista indiscutible al violonchelo de Isserlis, el Stradivarius “Marquis de Corberon”. El lutier de Cremona lo construyó en 1726 y es un instrumento de personalidad excepcional, no muy potente pero con un sonido peculiarísimo a medio camino entre la dulzura y la nasalidad, y con una capacidad de legato impresionante.

Fue un privilegio escuchar la “Suite para violonchelo solo nº3” de Bach en este instrumento, que le permitió a Isserlis recrear los juegos de voces y contrapuntos internos con una claridad casi mágica. Con la “Sonata para violonchelo nº 2” de Mendelssoh el Stradivarius sí pareció ponerle algunas pegas a Isserlis, a quien se le veía pelear con cada compás en forte para lograr un poco más de volumen.

Ocurrió lo mismo en las “Romanzas op. 94” de Schumann, cuyos apasionados clímax quedaron un tanto apagados frente al efecto expansivo que se logra con el oboe, para el que originalmente fueron escritas estas miniaturas. Estas limitaciones afectaron también a la pianista, Connie Shih, quien tuvo que replantear todo su papel para no sobrepasar al violonchelo, lo que restó brillantez al sonido del piano y aplanó los momentos de mayor arrebato de estas obras románticas.

Con las dos últimas obras se recuperó el nivel extraordinario del Bach inicial. El pianismo de Debussy, que a menudo neutraliza los ataques para favorecer el color y la armonía, parecía adaptarse mejor a las cualidades del dúo, que realizó una lectura esclarecedora del retorcido devenir de los dos últimos movimientos de la “Sonata en re menor”. Para finalizar, Isserlis echó un órdago al público con una creación contemporánea. “Lieux retrouvés” no es una de las mejores obras de Adès, pero contiene fragmentos muy inspirados y un marcado sentido del humor. Isserlis logró que sus complejidades parecieran fáciles y la redondeó con teatralidad.