Joseba VIVANCO
Fútbol internacional

Empezar con mal o buen pie

Un Arsenal que sonroja a los suyos, un Sterling expulsado por festejar un gol con la grada y un Mikel Merino que ya tiene su canción.

¿Ganará por fin este año el Arsenal la Premier League? Es la repetitiva pregunta de cada inicio de temporada entre la afición gunner. Y un curso más, la respuesta ahora mismo es que no. Tres jornadas, tres puntos. El sábado, en la visita a Anfield, con el regreso al equipo del chileno Alexis Sánchez, pretendido por Pep Guardiola para su dubitativo City, los de Londres salieron goleados 4-0. «Vamos a evitar el descenso», cantaban irónicos los fans del conjunto ‘cañorero’ tras una humillante derrota respecto a la que el diario ‘‘The Telegraph” calificó al Arsenal de «verguenza», «parodia» y una «sombra de lo que debería ser el equipo». No fue menos compasivo un exgunner ahora metido a voz autorizada de la televisión como Thierry Henry: «En el descanso me quería ir. Me imaginaba lo que podría pasar hoy. Pero incluso viéndolo no me lo creo. El modo de perder es el problema. Estoy hablando de ambición, de ganas. El equipo en el que yo jugaba competía, luchaba en todos los partidos. ¿Estos chicos? ¿Dónde está el compromiso?». Arsene Wenger, al que todos señalan, no pudo sino admitir que el partido había sido «desastroso» e «inaceptable».

El Liverpool se empieza a manejar bien mientras el brasileño Coutinho –lesionado «por estrés», dice– se hace el remolón y el que rinde como nadie es el delantero senegalés Sadio Mané, el mejor la pasada temporada y que en este arranque suma ya tres dianas, las mismas que el red devil Romelu Lukaku. Por cierto, el club se ha asegurado que el fenomenal todoterreno guineano del RB Leipzig Naby Keita vestirá de red la próxima temporada, tras un acuerdo con los alemanes a cambio de 70 millones de euros, récord histórico para los ingleses; el próximo verano se activaba una cláusula de rescisión de 55 millones y el Liverpool ha pagado ahora más para asegurárselo.

Los chicos de Jurgen Klopp suman siete puntos, justo por detrás del líder United, que a base de velocidad y contragolpe, suma sus encuentros por goleadas y les da para ser líderes solventes y aspirantes a todo.

El City sigue también ahí, con más puntos que juego, como este fin de semana en que Sterling tuvo que salir desde el banquillo para en el minuto 97 anotar el 1-2 de la victoria. Luego, el jugador de origen jamaicano se fue a festejarlo abrazado a la grada y el colegiado le mostró la segunda amarilla. Las normas FIFA prohíben que los futbolistas se suban a vallas para celebrar goles o que lo hagan poniendo en peligro a los aficionados.

La Premier League acordó hace años sancionar estas conductas. Pep Guardiola, luego, no se mordió para nada la lengua. «Si no pueden celebrar los goles con los aficionados, entonces quizás no debería haber aficionados en los estadios». Un «esqueleto de multitud», como definió el escritor Mario Benedetti un estadio vacío. Una expulsión que no sentó bien a su compañero Kun Agüero, que se encaró con un policía del estadio. «No golpee a nadie», se ha defendido el punta argentino, al que se investigará por este incidente.

A lo mejor el videoarbitraje o VAR aclararía lo sucedido en el estadio del Bournemouth, como sucedió en los últimos estertores del Colonia-Hamburgo. Al minuto 90 el marcador señalaba un 0-2, pero en los diez de añadido hubo tiempo para un 1-3 y hasta para que el capitán visitante Papadopoulos simulara una agresión de un rival, aunque el VAR demostaría que fue un engaño, algo muy mal visto en Alemania. El griego quedó retratado y se llevó una amarilla. Por cierto, la Bundesliga ha decidido excluir de esta revisión a los fueras de juego.

Como retratado quedó el propio VAR en la Serie A italiana. En el Genoa-Juventus hubo dos penaltis señalados previo visionado de la repetición. Gigi Buffon, el veterano guardameta juventino, al que ya le señalaron uno en contra la jornada anterior y una vez analizada la jugada no lo era, no reparó luego en críticas hacia la tecnología instaurada: «Se está usando mal VAR. No todos los contactos en el área son penalti. Parece waterpolo, que se para cada contacto... Esto ya no es fútbol, es fútbol de laboratorio».

Dybala e Icardi se salen

La Vecchia Signora perdía 2-0 y acabó volteando el marcador, gracias, sobre todo, a la inspiración del duende argentino Paulo Dybala, al que el mítico ‘10’ a la espalda que portaran Del Piero, Pirlo, Platini o Roberto Baggio le ha sentado a gloria. Doblete y cuatro goles en dos jornadas. Y eso a pesar de que el irreverente Antonio Cassano, sin equipo, decía estos días en la prensa que Dybala «no puede jugar en el Real Madrid o en el Barcelona». Pues de momento, se sale, como su compatriota Mauro Icardi en el Inter, dos goles en el 1-3 a la Roma, y suma otros cuatro tantos en Serie A. También el Napoli de Sarri acumula dos victorias y Pep Guardiola avisa: «El Nápoles es ahora mismo uno de los tres equipos en Europa que mejor juega al fútbol».

No aspira a tanto el modesto SPAL (Sociedad Polideportiva Ars et Labor), de vuelta a la Serie A medio siglo después, al que un espartano del fútbol como Marco Borrielo le dio, a sus 35 años, el primer triunfo a este club fundado por curas y que viste los colores salesianos azul y blanco, de una de las ciudades más bellas de Italia como es Ferrara. Borrielo acumula tras de sí un rosario de equipos, desde que comenzara en la cantera del Milan. La casaca que nunca ha vestido en estos catorce clubes es la del Nápoles, de donde es natural, la ciudad que le arrebató a su progenitor a manos de la Camorra. «Nápoles me robó a mi padre. Ya no es mi ciudad, pero a veces tengo que volver para escuchar sus ruidos, sus olores para volver a sentirla».

Menos contento está en el Bayern una de las almas del vestuario como es Thomas Müller, el delantero inclasificable. «No sé exactamente qué cualidades quiere ver el entrenador pero las mías, aparentemente, no son muy requeridas», declaró esta jornada después de ver que Carlo Ancelotti no cuenta mucho con él. Los bávaros ganaron 2-0, aunque siguen sin encandilar, pero con nuevos goles de un Robert Lewandowski que suma ya 154 e iguala al gran Mario Gómez como 14º goleador histórico del Campeonato alemán.

También ganó el Dortmund del holandés Peter Bosz, ex del Ajax, y que parece haber imprimido al equipo un juego de más posesión y menos transiciones rápidas. Acaba de vender a Ousmane Dembelé al Barça y ha fichado a Andrei Yarmolenko, al que el Dinamo Kiev se le quedaba pequeño desde hace tiempo. Los renanos siguen con su política de vender a piezas claves, desde 2011 a Sahin, Kagawa, Götze, Lewandowski, Hummels, Gundogan, Mkhitaryan y ahora Dembelé. Y todavía así, los de Borussia se reinventan.

¿Mbapé al PSG?

Igual que el Mónaco, que se da por hecho va a perder al deseado por todos los grandes Kylian Mbapé en favor del PSG pero con la fórmula de la cesión, para que así el jeque Al-Khelaïf pueda sortear el Fair-Play financiero. Los monegascos han andado rápidos y han fichado al joven atacante de la Lazio Keita Baldé, ex de la cantera del Barça y nacido en Girona, por nada menos que 30 millones de euros. Una llegada que se suma a la de Stevan Jovetic, el ariete que pasó hace poco por el Sevilla y que viene del Inter.

Habrá que ver si a todos los fichajes de este verano, cuyo mercado se cierran entre hoy y mañana, le va tan bien como al navarro Mikel Merino, cedido al Newcastle de Rafa Benítez y que ya tiene su cántico: ‘‘He comes from Spain and he's fucking class, in fact he's better than Fabregas, that's Merino’’, le entonaron sus fans esta jornada tras su buen partido, lo que traducido ‘‘Viene de España y tiene una clase..., de hecho es mejor que Fábregas, ese es Merino’’. Otro de los nuevos, Álvaro Morata, sigue anotando para el Chelsea y ya lleva 2 goles y 2 asistencias en 150 minutos de Premier.

Aunque tampoco hacen falta fichajes de relumbrón y si no vean al West Brom del icónico Tony Pulis, siete puntos de nueve con el peor porcentaje de posesión de la Premier. Lo que es el fútbol británico de toda la vida. Como diría Reiner Calmund, un antiguo director deportivo del Bayer Leverkusen: «El fútbol no es patinaje artístico. No dan puntos por el estilo». Una filosofía que hoy hasta el mismísimo Arsene Wenger firmaría con tal de sumar.