La plaza Sant Jaume, frente al Palau de la Generalitat, se asomaba llena de gente alrededor de las doce del mediodía, para cuando Taula per la Democràcia, integrada por partidos políticos, los sindicatos CCOO, Usoc, Pimec, Cecot, Fapac, las entidades soberanistas ANC y Òmnium y patronales de las pequeñas y medianas empresas había convocado una concentración de denuncia de la represión policial. También los miembros del Govern y la alcaldesa de la ciudad, Ada Colau, participaron en la protesta en la que pudieron escucharse consignas a favor de la independencia. Un día después de la tensa jornada de votación, la gente quiso aplaudir la respuestas popular y la iniciativa del Govern. Las protestas se repitieron en ciudades y centros de trabajo.

Preguntamos a algunos de los ciudadanos que se acercaron a Sant Jaume sobre sus expectativas el día después del referéndum y de que el president, Carles Puigdemont, apuntara a la declaración de independencia en cuestión de días. Julia, Mei y Joan no tienen ninguna duda de que el resultado del referéndum muestra una mayoría favorable a la independencia.

«Veremos cómo va siguiendo el movimiento de la ciudadanía porque al final creo que es casi una revolución de la gente que está amparada por las instituciones», expresa Julia, que pone el foco en la activación popular. A su juicio, una mayoría social ha demostrado que ya no atiende a la legalidad española.

Mei opina igual. «Dos millones de personas votando Sí, con todo en contra, con todos los aparatos del Estado intentando impedirlo, dice mucho de la fuerza que hay detrás. Ahora, cuando no ha sido posible el diálogo, adelante», declara.

Joan, que acude a la cita junto a Noemí, tiene clara la legitimidad del proceso, pero asume que la proclamación de independencia no es tan sencilla. «Creo que se ha demostrado la voluntad de la gente de múltiples formas. Ayer hicimos un referéndum preguntando una cosa muy concreta. La gente está por el Sí a la independencia. Lo que no sé es con qué otros apoyos contamos. Sé que contamos con un enemigo muy fuerte y dispuesto a todo, lo que no sé es si contamos con Europa». Una pregunta pendiente todavía.