¿Cómo surgió la idea de «Gernikaren Egiak» y cuál es su principal objetivo?

IPES desde sus inicios –cumplimos ahora 40 años–, siempre ha planteado una línea de trabajo relacionada con la historia de Euskal Herria. En diferentes etapas, con diversos formatos –mesas redondas, publicaciones, cuadernos de formación…– hemos mantenido una línea constante en  nuestra dinámica para plantear reflexión, pensamiento crítico y conocimiento con carácter formativo para la gente. Este año y como consecuencia del 80 aniversario del bombardeo de Gernika, IPES ha publicado el libro “Gernikaren egiak”; fundamentado principalmente en la mesa redonda que hace 30 años se produjo en el contexto de las reivindicaciones del 50 aniversario del bombardeo. Su buena acogida, la necesidad de seguir profundizando en la idea central de que la memoria histórica es una herramienta no solo que nos ayuda a conocer nuestro pasado –no el pasado impuesto por el franquismo, sino el pasado real de nuestro pueblo–, quisimos reflejar en un formato más visual, las reflexiones, el debate social y las diversas miradas que existen hoy, y que aportan ideas muy interesantes para interpretar la actualidad y se convierten en base sólida para construir un futuro común. Porque no se puede construir un país sin memoria colectiva.

Hay varios elementos que llaman la atención. Por un lado, sacar a relucir los pasajes histórico menos conocidos y, por otro, otorgar protagonismo al testimonio de las mujeres. ¿Qué pasajes os han llamado más la atención y qué testimonio ha sido el aportado por las mujeres?

Esa es la idea; conocemos muchos detalles militares y bélicos. Hay un gran trabajo realizado a nivel histórico que aporta mucha información. Pero en el trabajo realizado hemos constatado que existe un gran desconocimiento –también en Gernika– con la otra parte de la historia: ¿qué pasó a partir del día después del bombardeo?, ¿ quién sacó adelante la vida de las gentes de Gernika?, ¿ quién ha transmitido lo ocurrido y ha hecho que llegue hasta nuestros días? En todas esas cuestiones  –y en muchas más– el papel de la mujer ha sido clave, imprescindible. Pero se desconoce, no es reconocido. ¿Por qué? Creemos que nos debería llevar una reflexión seria: el problema reside en la anulación y no visualización de la mujer en la historia. Incluidos por parte de los hombres que somos una porción de su “bando”. En este documental la participación de la mujer está muy presente, no solo en número, sino en su visión. Y mediante ese enfoque queremos generar conciencia y debate.

¿Cuántas historias quedan por contar de lo acontecido en Gernika y qué testimonios os hubiese gustado tener en este proyecto?

Gernika sigue siendo un pueblo vivo en su memoria, con una dimensión universal. En este trabajo hemos querido dar voz a personas, sujetos, asociaciones que llevan mucho tiempo abordando el tema de la memoria histórica: el papel de los movimientos sociales –como por ejemplo “Gernika Batzordea”– rescatando memoria ninguneadas muchas veces por las instituciones, o la aportación de  nuevas generaciones que se enganchan a la memoria colectiva que conforman –como por ejemplo “Lobak”– una nueva mirada de afrontar la realidad social basada en el saber de dónde venimos. Creemos que puede ser una buena herramienta para las nuevas generaciones.