Raimundo Fitero
DE REOJO

Pendientes

Estamos pendientes de las decisiones al segundo. Sí, pero no; no, pero sí. No somos independientes, pero estamos pendientes de lo que va a suceder a partir de ahora. Las elecciones autonómicas son un paso atrás bastante notable. Es volver a empezar la partida. Cuando estas líneas se confeccionan el 155 está pendiente de su aprobación en un Senado dominado por la banda de Rajoy. Si se celebra un proceso electoral en Catalunya con esa intervención estatal, esas elecciones no serán enteramente democráticas. Un tutelaje en plena campaña de los miembros de la banda de Rajoy, donde nunca gobernarán por el voto, sería algo que el portacoz del PP en el Congreso, el señor Hernando compararía como una situación venezolana. O peor.

Estamos pendientes de ver qué sucede, qué se propone, en qué condiciones, y ahora mismo parce ser que el fenómeno de la naturaleza Urkullu ha estado urdiendo este pacto de madrugada. Aquí todos quieren salir en la foto. Las calles de Catalunya siguen encendidas. El sentimiento de frustración de millones de ciudadanas y ciudadanos se convierte en movilización permanente. Escribo de nuevo con el pulso alterado. Las expectativas de una salida resolutiva, con todo roto, pero todavía con posibilidades de reconstruir algo, pero otra vez entramos en la duda metodológica, ¿sería la muerte del independentismo catalán esta posible decisión de convocar elecciones?

El PP quiere aprobar el 155, pase lo que pase. Provocar el pánico. A la hora que debo entregar estas líneas, después de haber escrito y reescrito tres veces este artículo, estamos en la más pura incertidumbre. No se sabe nada con seguridad. No se sabe si Puigdemont hará una cosa o la otra. O ninguna de las dos y será otra tercera. Estamos pendientes. Me pregunto, ¿cómo pasarán estos días de montaña rusa política a la historia universal?