ANAITASUNA 27

LA RIOJA 29

Apenas un día le duró a Anaitasuna ser el único equipo europeo que no había cedido ningun punto en sus competiciones. Y ocurrió en la jornada más inesperada, frente a un Logroño La Rioja que llegaba a La Catedral en posiciones de descenso, pero que se le acabó atragantando a la escuadra navarra.

Ahí estuvo sobresaliente el portero visitante, el checo Jakub Krupa, que llevaba una temporada gris, pero ayer se salió, especialmente en la segunda parte. Fue en ese periodo en el que los anfitriones se atascaron inexplicablemente después de que se marchasen al descanso con una cómoda ventaja de cuatro goles. Sin embargo, la defensa 5-1 que planteó Jota sobre Balenziaga, revulsivo en el primer tiempo, cortocircuitó el ataque navarro, al que se le olvidó marcar durante ocho minutos.

Eso dio pie a la remontada foránea a partir del minuto 37, una sangría que los de Juanto Apezetxea no consiguieron frenar, pese a que en los últimos minutos el choque se apretó hasta tal punto que Anaitasuna tuvo opciones de empatar, incluso con una contra en la que pudo haber una posible falta sobre Oswaldo al pasar el balón.

Pero en esta ocasión, y a diferencia de lo que había sucedido en pasados encuentros, no hubo revolcón. El Logroño supo manejarse muy bien, incluso con inferioridad tras la absurda autoexclusión de Kukic, para no solo no encajar, sino incluso abrir la brecha a dos goles.