Raimundo Fitero
DE REOJO

La Manada

Alas mujeres violadas se las violenta varias veces más tras su denuncia. El juicio es un lugar de penalidad y de agonía, yo diría que de abuso y recochineo por partes de las defensas de los presuntos violadores. Estamos viviendo en Iruñea el juicio al quinteto denominado La Manada por una supuesta violación de una joven de dieciocho años en los Sanfermines de 2016. Hay circo mediático. Hay medidas excepcionales en la Audiencia. Hay indignación y morbo. Y también algunos programas de televisión que no ayudan al equilibrio emocional ni cumplen con su labor de informar y formar a sus televidentes.

Sin embargo en “Equipo de investigación”, de La Sexta, emitieron el pasado viernes un buen reportaje sobre el caso. Sin morbo, narrando los hechos pero añadiendo algo más, el contexto, no del supuesto acto de violencia que está grabado por estos mismos salvajes, sino de sus familias, su ámbito de trabajo y de vecindad. Y de nuevo nos sale un cuadro muy ordinario, muy reiterativo en otro tipo de incidentes donde aparecen unas barriadas deprimidas, de una desestructuración social camuflada en los grandes reportajes, y de una obviedad, estas manadas de lobos, son fascistas.

En este caso de los cinco uno es militar, otro picoleto y un tercero estaba preparándose para entrar en el cuerpo. Un peluquero del barrio y un trozo de carne con tatuajes en la barriga violento y ultra. El reportaje intentaba hablar con vecinos y parientes de este quinteto de la muerte y todos los exculpaban. Su abogado defensor da miedo, es más reaccionario, machista y ultra que ellos. Intentaron darnos el perfil de estos canallas y ya tenían otro antecedente parecido. Y tenían grupo de whatsapp donde celebraban sus vejaciones a las mujeres con otros compinches. Denigrante. Demasiadas manadas sueltas de lobos fascistas.