Héroes anónimos en tiempos difíciles
Varsovia, octubre de 1940. Los nazis comienzan a encerrar a todos los judíos en el mayor gueto establecido en la Europa ocupada. Una joven polaca, militante del Partido Socialista, trabajadora social y enfermera tejió una amplia red clandestina para ayudar a escapar al mayor número posible de niños de una muerte segura. Ideó todo tipo de artimañas y escondites, falsificó identidades y soportó las torturas de la Gestapo, pero nunca reveló la identidad de sus colaboradores ni la de los más de 2.500 niños que logró salvar. Todos en el gueto la conocían por su nombre en clave, «Jolanta». Irena Sendler o «el ángel del gueto de Varsovia» falleció el 12 de mayo de 2008 a los 98 años. El libro “Los niños de Irena” (Aguilar 20017) de Tilar J. Mazzeo es un homenaje a esta heroína anónima.
Argentina, 1976. El director del “Buenos Aires Herald”, Robert Cox, enfrentó a la Junta Militar de Videla dando voz a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. A las dos semanas del golpe de Estado, se camufló entre la treintena de personas que se habían reunido en la Plaza de Mayo para escuchar sus historias, lo que, según relata su esposa, marcó un antes y después en su vida.
En su despacho recibió a madres y abuelas que buscaban respuestas, interrogó al entonces ministro del Interior y hasta al propio Videla sobre la suerte de los desaparecidos. Otro joven periodista, Jayson McNamara, acaba de presentar en la Casa por la Identidad de las Abuelas el documental “El mensajero. Historia de Robert Cox y el Buenos Aires Herald”, un homenaje a quien rompió el silencio que imperaba en las salas de redacción.