Patraña
La torpeza política de algunos ministerios de la banda de Rajoy crea escuela. Según sus agentes de enredos y propuestas de eficacia raquítica, resulta que Antonio Ledezma, alcalde de Caracas, con arresto domiciliario desde hace meses, huyó de los controles y prevenciones policiales, atravesó medio Venezuela y apareció en la frontera con Colombia para dar una rueda de prensa. Un héroe según la propaganda de la oposición y de la prensa española más reaccionara y más tendente a apoyar cualquier movimiento contra el chavismo y sus aledaños. Por eso se hizo la campaña tonta, entrevista en “ABC”, para contar muchas mentiras y en la SER ayer lunes para seguir con el cuento.
Como no hay casualidades, el domingo se pasó la segunda entrega de Évole con Maduro. Muy centrada en Nicolás Maduro, cara a cara, cuerpo a cuerpo, salvo un añadido extraño: unas entrevistas secas a Alberto Garzón y, ahí está la clave, también a Felipe González. El tal Ledezma viene del partido de Carlos Andrés Pérez, socio del señor X en negocios turbios. La actitud de González es descaradamente progolpista y en contra de manera furibunda de Zapatero, no tiene ni un pase democrático todo lo que dice, como no lo tiene en este asunto el grupo Prisa.
La vida tiene paralelismos auténticamente demenciales. Se traen a Ledezma para contrarrestar la imagen de Puigdemont, en las declaraciones de este “fugado”, se asemejan tanto a las del President del Govern que dan grima. Dan pena. Dan risa. Y algo ha sucedido porque no ha durado ni cuarenta y ocho horas el efecto. Maduro, sin gritar y con actitud cínica le ha deseado suerte, que lo pase bien tomando vino por la Gran Vía madrileña. Y se acabó. No hay más recorrido. No sale ya ni en el infecto 24H de TVE. Ha desaparecido el héroe. ¿Quién ha pagado esta tosca patraña?