Martin Garitano
Periodista
IKUSMIRA

No me gusta el cocidito madrileño

El pasteleo entre el Partido Popular español y el PNV de Ortuzar y Urkullu resulta, a estas alturas, grotesco. Con la inestimable colaboración de un PSOE que se adhiere como un molusco a la roca por mera razón de supervivencia, claro.

Dice el dicho que las cosas, claras y el chocolate espeso. Y vale el dicho para aclarar un panorama tan complicado como el que se vive en estos días.

El PNV va a aprobarle las cuentas a un PP necesitado del voto de Aitor Esteban. Por eso le cedió el PP de Rajoy las cosas del Cupo y el Concierto. Y lo firmó con la misma mano y la misma pluma con que suscribió la aplicación del 155 contra el pueblo de Catalunya, encarceló a los que pudo y forzó al exilio al president legítimo. ¡Qué vergüenza!

Y como el potingue puede ser difícil de digerir para los seguidores de unos y otros, han dibujado una estrategia de dos bandas: El Partido Popular se erige en defensor del Concierto Económico de las tres provincias vascongadas y el PNV suelta tinta de chipirón para responsabilizar a la izquierda abertzale de un acuerdo vergonzante pero inevitable con el españolismo radical y violento.

Lo ha dicho alto y claro el faccioso Alfonso Alonso: «El Concierto es un elemento de unión entre vascos y de vascos con el resto de los españoles y que garantiza el engarce de Euskadi en España». Y Ortuzar sentencia que negociará con los del 155 «sin vetos».

El cocidito madrileño ya está guisado. Ahora se trata de presentarlo como un manjar ante los comensales. El que quiera, que coma. Muchos lo dejaremos de lado y optaremos por babarrunas de Tolosa o calçots catalanes.