Los últimos datos del Consejo de Relaciones Laborales (LHK) ponen de manifiesto que el coste laboral en el ámbito de la CAV ha caído en datos acumulados un 0,3% cuando era siempre el más alto del Estado español. Entre otras razones se encuentran la llegada de la superprecariedad que provoca sueldos de miseria y, por otro lado, que haya un 62% de trabajadores que no han renovado sus convenios. Nada más y nada menos que casi 354.000 trabajadores en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa.

En octubre el 42% de las contrataciones fueron a tiempo parcial. Contratos a pedir de boca de los empresarios para pagar menos y tener a su disposición mano de obra a la carta sin riesgo. Es lo que nos han traído la reforma laboral practicada y asumida por los gobiernos neoliberales. Pero la avaricia no se ha quedado ahí. En ese período de referencia del CRL-LHK (tercer trimestre de 2017) vemos que los beneficios empresariales crecieron entre las empresas no financieras más del 10%, según el Banco de España, y, sin embargo, los escasos convenios cerrados no pasan del 1,6%, en el mejor de los caos.

Recuerdo como cierto día un exdiputado general señaló que los beneficios empresariales en la CAV siempre se encontraban por encima del 15% y 20% de los del Estado español y en ese tiempo algunos tenían que aflojar la cartera con el llamado «impuesto revolucionario», Quiere decir que están ganando lo que quieren, y la leyes e impuestos se «corrigen» para su beneficio. El último el Impuesto de Sociedades, pero no se hace nada de verdad contra el fraude y los paraísos fiscales.