Maddalen Iriarte y Leire Pinedo
Portavoz de EH Bildu en el Parlamento de Gasteiz y parlamentaria y secretaria de Fiscalidad y Finanzas de EH Bildu
KOLABORAZIOA

Acerca del Concierto y el Cupo

El pasado 23 de noviembre se votaron en el Congreso las leyes del Concierto Económico y del Cupo. Fue el último capítulo del acuerdo de mayo entre los gobiernos vasco y español, fruto directo a su vez de las negociaciones entre el PP y el PNV, que trajeron como moneda de cambio el decisivo voto de los jeltzales a favor de los Presupuestos Generales del Estado, un voto que dio oxígeno y fuerza al corrupto PP, fuerza que luego ha utilizado contra las legítimas aspiraciones de Catalunya.

Se ha escrito mucho estos días sobre el Concierto y, sobre todo, el Cupo. El debate ha llegado en un momento marcado por las consecuencias de la crisis económica, que ha situado al Estado español al borde de la bancarrota. Es también un momento caracterizado por el rearme del nacionalismo español, las vías represivas contra la reivindicación democrática de Catalunya y unos mensajes que dejan entrever una fase de involución y recentralización. Un mensaje que, en lo sustancial, une a PP, PSOE y Ciudadanos, este último de manera estridente. Y es que la bolsa de votos del Ebro para abajo es muy jugosa.

Este es el contexto en el que EH Bildu ha votado a favor de la Ley del Concierto y ha dado una abstención crítica a la del Cupo. Creemos que el Concierto es una herramienta importante y válida para el desarrollo de nuestro autogobierno, un punto de partida a defender por quienes aspiramos a una soberanía plena. Aunque limitada, nos da capacidad de gestionar nuestros recursos. No es privilegio, sino riesgo, porque si las cosas vienen mal dadas, nadie nos ayuda. Una herramienta válida, como decimos, pero sin olvidar que es el último cordón umbilical que nos sigue atando a Madrid. Por ello, insistimos en que el desarrollo de ese instrumento debe llevarnos a asumir la capacidad plena de gestionar nuestros recursos económicos, siempre que así lo decida la mayoría social del país.

En cuanto al Cupo, la cantidad que pagamos cada año al Estado por lo que gasta en la CAV en materias no transferidas, tampoco es ningún privilegio. Pagamos el 6,24% del gasto total del Estado en esas materias cuando el peso de nuestra economía es del 6,1% del PIB y en población solo somos el 4,8% de la población del Estado. Pagamos, por tanto, más de lo que nos correspondería, sin olvidar que entre esas materias se encuentran instituciones tan «queridas» en nuestro pueblo como la Monarquía, el Ejército y la Guardia Civil.

Pero es que además el Cupo pactado por el PNV con el PP supone perder 277 millones de euros. Primero, porque durante más de 10 años hemos pagado más de lo debido –1.570 millones, según el Gobierno vasco– y de esa cantidad solo vamos a recuperar 1.400 millones que el Estado, para más inri, nos va a devolver en cómodos plazos y sin intereses. Y segundo, porque el Cupo final de 2017 lo han fijado en 957 millones, 107 más de lo inicialmente establecido. Haciendo una cuenta rápida, hemos dejado en el camino 277 millones. Lo dicho, un mal acuerdo.

El método de negociación también merece nuestra crítica. Es intrínsecamente perverso porque no obedece a una relación entre iguales, sino que se basa en una relación de poder en la que el Gobierno español tiene la llave y la utiliza o no en función de sus necesidades coyunturales. Abre la mano cuando ve asumible el «coste» a pagar –llámese actualización del Concierto y del Cupo– frente al «beneficio» a recibir –llámese aprobación de los Presupuestos del Estado–. Es por lo tanto un modelo de relación que se repite en el tiempo, basada en la subordinación del Gobierno Vasco a Madrid y a la que el PNV se presta de buen grado. Pero es una relación que, subrayamos, degrada el valor y la fuerza de una ley como lo son las del Concierto y el Cupo, convertidas así en mera moneda de cambio.

Recapitulando. En la votación del Congreso EH Bildu lanzó un doble mensaje. Por un lado, un mensaje positivo, de defensa de nuestros actuales instrumentos de autogobierno porque, aun siendo imperfectos, nos permiten ir dando pasos hacia la soberanía plena en esa construcción de un Estado decente que cuide a las personas. Y a su vez, por otro lado, un aviso, una advertencia clara: EH Bildu no va a apoyar marcos en los que la relación no sea de igual a igual, sin vetos, sin opacidad ni cartas marcadas. Y esto vale para el Concierto y el Cupo, vale para el cumplimento íntegro y sin recortes del Estatuto de Gernika (38 años sin cumplirse) y vale para la definición del nuevo estatus político.

Trabajamos y seguiremos trabajando en ambas líneas, porque estamos convencidas de que es la mejor manera de defender los intereses de la sociedad vasca.