Alvaro Reizabal
Abogado
JO PUNTUA

Presos políticos

Las elecciones que Rajoy ha convocado en Cataluña arrogándose competencias que no le corresponden envuelto en la bandera del 155 van a celebrarse con presos políticos catalanes y con otros candidatos que aunque hayan sido puestos en libertad provisional tienen sobre sus cabezas la espada de Damocles de procedimientos judiciales por delitos que acarrean durísimas penas de prisión.

Y decimos presos políticos catalanes, porque a partir de los encarcelamientos de dirigentes de esa nacionalidad no han sido pocos los que se han echado a la piscina hablando de que eran los primeros presos políticos de la democracia, como si, de repente, los hubieran inventado. Olvidan, espero que involuntariamente, al resto de presos políticos, muy especialmente vascos, que siguen en cárceles españolas, francesas y de otros países y de los refugiados y deportados por procedimientos de dudosa legalidad a lo largo y ancho de todo el mundo.

Quienes aún hoy se niegan a condenar la sublevación militar de Franco y sus secuaces, se permiten el lujo negarles su condición de presos políticos y les llaman políticos presos tratando de compararles con la recua de delincuentes de cuello blanco de su partido que se encuentran encausados en los sumarios conocidos como Gürtel, Púnica y demás. Como si también ellos estuvieran represaliados por corruptos. Es la táctica de poner el ventilador a esparcir el olor de la mierda.

Todo parece indicar que en este asunto de los presos, de venir buenas noticias de alguna parte será de París, como los niños. La postura inmovilista del Gobierno español, de la fiscalía y de la judicatura, no auguran nada bueno, máxime cuando van a celebrar nuevos juicios con peticiones desorbitadas por tareas de corte humanitario.

Dicen quienes conocen el tema que en Francia parecen más permeables, al menos a un acercamiento. Siempre nos quedará Paris. Ojala y que cunda el ejemplo.