Itziar Ziga
Escritora y feminista
JO PUNTUA

Que hace lo que le viene en gana

Siempre parecía querer escapar de las páginas satinadas. Perteneciente por nacimiento a la aristocracia sevillana y a la oligarquía banquera, disciplinada bajo la férrea moral de una madre que se alistó en el Opus Dei, aquella mujer de otro mundo cumplió con su destino. Las crónicas señoriales a todo color enfocaron a la futura Duquesa de Alba el día de su boda, y así entró ella en mi tumultuoso y alucinante mapa de la humanidad. En alguno de esos periodos de mi vida en que las fuerzas telúricas del Cosmos se despistaron de hacerme llegar el “Hola”, debió apearse en una estación remota porque nunca llegó al final del trayecto matrimonial.

El foco mediático ha vuelto a mostrarla treinta años después, pero ahora habla ella. Matilde Solís es una entre las valientes mujeres que han denunciado y narrado los abusos sexuales a los que fueron sometidas por el prestigioso y hasta hoy intocable psiquiatra sevillano Javier Criado.

Cuando creo que ya he conocido la más terrible y atroz nueva versión del abuso machista, descubro otra peor. También porque nuevas mujeres han vuelto a remontarse desde el abismo para mostrar sus heridas, que son las heridas del mundo, con la misma luz y con el mismo amor para combatir a las sombras de las que vienen, de las que venimos, y que nos siguen cercando.

Cuando Matilde Solís empezó a verbalizar en su entorno el horror para tratar de salir, él logró que se disparara a sí misma con una escopeta de caza aludiendo por teléfono a tres asuntos sangrantes de la vida. Tocó fondo, se divorció, luchó porque esa mujer que parece tan frágil y que ha terminado moviendo montañas, protagonizara su propia vida.

Sus dos hijos están con ella, ya no hay ningún secreto que les separe. Ella dice que se decidió a hablar tras una conversación con amigas. Y afirma triunfante: ya no tengo vergüenza y no siento miedo.