Jon Odriozola
Periodista
JO PUNTUA

Catalunya, según Aristóteles

Yo tengo el Poder. Yo soy el art. 155. Yo me llamo Creonte. -Antígona: encantada, ¿y qué más? -¿Te parece poco? -Es bastante, sí. -Además, me respalda el Estado de Derecho sean mis decisiones justas o injustas. -La razón de la fuerza, el rollo de siempre. -Llámalo como quieras: la cuestión es saber quién coño manda, ya lo dijo Humpty-Dumpty en “Alicia”, libro excelente y de cabecera mío.

-Y, sin embargo, se mueve... ¿Qué cosa, Antígona? -La República catalana. -La someteré a un auto de fe y abjurará como el pisano ante la hoguera. -Deberías actualizarte, so animal. -Es cierto, Antígona, hoy la Inquisición se viste de 155 con los ropajes sedosos de Estado de Derecho y sus voceros Patatín y Patatán.

-No me someteré, tirano. -¡Cargadla de cadenas! ¡Detenedla y que se descubra ante el sombrero de Gessler antes de que llegue Guillermo Tell, ese aguafiestas, mecagoendiós! ¡El Estado de Derecho me asiste, la legalidad, los obispos y el copón de la baraja! ¡Prendedla! -Y a mí, Creonte, me congenia y simpatiza Aristóteles, fatxa de mierda, y perdón –oh, Sófocles– por el anacronismo. -No conozco a ese sujeto (por Aristóteles), ¿en qué equipo juega? Presumo que griego. -Macedonio, ignorante, pero heleno, sí. Hablaba este gran metafísico de «acto» y «potencia». La primera es la sustancia tal y como se nos presenta y la vemos en un momento dado, y la segunda –la potencia– son las capacidades de esa sustancia para ser algo distinto de lo que es. Te pondré un ejemplo que hasta un parvulito nazi como tú entenderá: un niño es un acto, ahí donde lo ves, pero un hombre en potencia, ahí donde no lo ves, ¿entiendes? No me hagas repetirlo porque tengo que dar la sepultura a mi hermano Polinice que tú, Creonte, pedazo cabrón, me niegas, como niegas la salida de presos políticos enfermos, vascos y no vascos, y perdóneseme, otra vez, el anacronismo, que acaso proceda. -No entiendo nada, pareces Odriozola escribiendo. -Lo que sucede en Catalunya, el procés, es un niño-acto que lleva una República en potencia.

-Mataré a todos los niños, como Herodes: soy el 155 coronado.