La duda antes del gran debate entre los candidatos catalanes anoche en TV3 era si se impondría el enfrentamiento entre el bloque independentista y el españolista o si tendrían más peso pugnas internas como ERC-Junts per Catalunya o Ciudadanos-PSC, puesto que los indecisos se ubican mucho más en este terreno acotado que en el mapa general. En realidad, no ocurrió ni lo uno ni lo otro, hasta el punto de que algunos de los principales rifirrafes se centraron en temas inesperados como la inmersión lingüística o las listas de espera sanitarias.

La situación de excepcionalidad fue esgrimida sobre todo por Jordi Turull, representante de JxCat en ausencia forzada del exiliado Carles Puigdemont y el encarcelado Jordi Sànchez. Trazó su discurso sobre una palabra mágica: «Restitución». Turull reclamó el voto para su formación a fin de lograr que el legítimo president vuelva al cargo, mientras desde la CUP Carles Riera amplió el foco de la cuestión: «Hay que restituir la República, la democracia». Calificó esa república de «epidemia maravillosa» para cuya extensión lo mejor es votar a la CUP.

Mientras Inés Arrimadas (C’s) subrayaba el hartazgo que le provocaría seguir con ese proceso que ve irreal («¡es que ustedes se creen que viven en una República!», bromeó), llamó la atención la distancia puesta por Xavier Domènech (Catalunya en Comú): «Restaurar sería volver a aquella situación, y eso no –replicó a Turull–. Hay que superarla en positivo». Saltó entonces el hasta ahora conseller de Presidencia, que le alertó de los riesgos que conlleva «relativizar» las vulneraciones de derechos. El de JxCat golpeó también al hígado del aspirante de los Comuns al evocar que el 1-O «unos pegaban y otros rezaban para que no ocurriera» (Albano Dante Fachin ha desvelado que Pablo Iglesias dijo en una reunión interna meses antes que lo único que cabe hacer para impedir el referéndum era orar).

Los tres candidatos independentistas llevaban en la solapa el lazo amarillo, pero la cuestión de los presos políticos tuvo menos peso del esperado en el debate. Quizás porque la crispación no interesa a la actual mayoría, que sabe que las opciones unionistas pasan por lograr una muy alta participación.

Desde el otro extremo, García Albiol (PP) también tenía pocas ganas de hablar de excepcionalidad; su peculiar raca-raca fueron las listas de espera. Sí intentó el candidato de Rajoy sacar la pata metida en Catalunya por la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría al reconocer que la responsabilidad de los encarcelamientos es del Gobierno y no de los jueces. A la desesperada, el exalcalde de Badalona sacó un recorte de prensa en el que un diputado del PDeCat decía creer en la independencia judicial española. Lo dejó teatralmente sobre la mesa de Rovira. Antes había intentado provocar al moderador –el director de TV3, Vicent Sanchís– con una acusación muy directa, pero este tampoco entró al trapo y el aspirante del PP fue bajando el tono. Al final, ni siquiera Albiol fue Albiol anoche.

Más opciones de buen resultado tienen Ciudadanos y el PSC dentro del bloque español, de modo que no necesitan llamar tanto la atención. Miquel Iceta se mostró conciliador, sobre todo cuando le tocó en suerte una pregunta de Marcel Mauri, líder de Òmnium Cultural en ausencia del encarcelado Jordi Cuixart, y lo aprovechó para afirmar que «me sabe malo que les hayan aplicado medidas cautelares innecesarias». Insistió en que el futuro apoyaría un indulto para los ahora presos. Se lo puso a huevo a Turull, tajante: «Señor Iceta, menos indultos y más democracia».

En cuanto a Arrimadas, intentó sin suerte enfrentar a Oriol Junqueras y Puigdemont retorciendo unas declaraciones del de ERC desde prisión. Pero también atacó al PP afirmando que el «inmovilismo» ha sido culpable en parte de la situación actual, cuando lo que se necesitaba eran «reformas» que dijo que Ciudadanos impulsará.

Arrimadas se lía con el catalán

Dentro de lo anodino de un debate en el que primó no cometer errores ni movilizar voto en contra, fue Arrimadas la que más se enredó con una cuestión concreta. La pregunta externa que le tocó en suerte en el debate fue formulada por un sindicalista que quería saber si revocará la obligación de saber catalán para acceder al profesorado. La candidata primero se fue por la tangente abogando por el modelo de inmersión trilingüe, acto seguido dijo que si el profesor en cuestión tiene que enseñar en inglés no le haría falta saber catalán, y finalmente reculó después de que Iceta hábilmente se colara en la respuesta y dijera: «Para mí, sí, ha de saber catalán. La inmersión catalana la introdujimos los socialistas».

En cuanto a la escenografía del debate, García Albiol replicó a los lazos amarillos antirrepresivos con uno similar pero rojigualdo. Riera fue contundente en los argumentos pero suave en las formas, dando una imagen de la CUP fuera de los tópicos vigentes. La sensación general fue que todos llegan a la cita exhaustos, tras meses intensísimos, y en el caso de Turull tras pasar por prisión. Lo más espectacular terminaron siendo los movimientos de cámara de TV3, bajando por el Parc de la Citadella, entrando en el Parlament y subiendo esa escalinata en que se cantaba ‘‘El segadors’’ el 27-0.

Intervenciones

«El Estado español es tan demofóbico que no respeta ni las reglas del juego, pero estamos en pie porque queremos que Catalunya decida»

MARTA ROVIRA

ERC

«Todas las encuestas dicen que es posible una alternativa constitucionalista, y que C’s fuese primera fuera sería todo un mensaje al mundo»

INÉS ARRIMADAS

Ciudadanos

«Ustedes siguen con presos políticos, democracia... todas esas cuestiones que no interesan a la inmensa mayoría de la ciudadanía»

XAVIER GARCÍA ALBIOL

PP

«Estamos aquí ante el modelo del colonizador o el maltratador, en el que se hace culpable a la víctima de la violencia que sufre»

CARLES RIERA

CUP

«Señor Iceta, pocos habrán criticado Montilla como yo, pero si Rajoy lo hubiera quitado porque no le gusta, yo le hubiera defendido»

JORDI TURULL

Junts per Catalunya