Fede de los Ríos
JO PUNTUA

Del latín putativus (reputado, considerado)

Esta noche es Nochebuena, cuando celebramos año tras año que la María ha parido con el himen intacto. Al José, Pepe por lo de padre putativo, la mosca no le acaba de despegar de la trasera del pabellón auditivo. El otro PP, el de Albiol, también padre y protector putativo –sin necesidad de cópula– de la Constitución española (llamada la Sacrosanta), se las prometía feliz y no ha podido ser, pues cientos de miles de caganers ocupan el Belén amenazando, de nuevo, con enmierdarles el plan y enmendarles la plana. «¿155? Póngame dos y a Piolín añadan también al tío Gilito y a los siete abortos de Blancanieves».

Por las reacciones de los llamados líderes políticos, esto pareciera un eterno retorno, una vuelta a la casilla de salida. Pero no. El Estado ha utilizado todos los poderes contra el independentismo catalán. El estado de excepción en Catalunya vestido de artículo 155 ha contado con la anuencia de casi todo el arco político español.

Ahora se une al coro el sabio mandarín Monedero: «El 155 seguramente había que aplicarlo porque se habían vuelto locos, el problema es cómo lo aplicas». A día de hoy, el azote del Capital «no está ni por un referéndum pactado». Es que el personal vota mal y después se arrepiente, «como en el Brexit» dijo el europeísta a modo de análisis gramsciano.

A Iceta, que ya se sentía president con el apoyo de Arrimadas y Albiol, su olfato le jugó una mala pasada y su previsible gozo se quedó en un pozo. Del PP, partido que gobierna en las españas, quedan Albiol («no dimite porque sería lo fácil», sic) y dos diputados más en Catalunya. Tres, como las hijas de Elena, que ceden los trastos de matar (Aznar dixit) a Inés Arrimadas, la triunfadora por unos días.

Y mientras, el poderoso Domènech se va enfrentar a las derechas catalana y española, logrando la complicidad de los socialistas, que al parecer, también son de izquierdas.

Vaya 2018 que nos espera.