Anda revuelta la derecha política y mediática navarra a cuenta de los gastos que están provocando a las cuentas públicas, especialmente las municipales, las sentencias y recursos en los tribunales. Están preocupadísimos.

El último objeto de sus iras es la sentencia contra la apertura de líneas en euskara, que no tiene efectos prácticos y en cuya redacción parece hacerse un lío con las competencias. Ahora están con que recurrir en defensa de la autonomía municipal y los derechos lingüísticos de la ciudadanía de Iruñea es malgastar el dinero de los contribuyentes.

El alcalde Joseba Asiron respondió a estas críticas, recordando que malgastar el dinero de los contribuyentes es tener que pagar 7,4 millones de euros porque la anterior corporación tramitó mal un expediente en Cruz de Barcacio. Los gastos por recursos en cuestiones que llaman «identitarias» en el Ayuntamiento de Iruñea son de unos 20.000 euros.

Saliendo del ámbito municipal podríamos hablar del Navarra Arena, el peaje en la sombra, la Ciudad del Transporte...

Pero si hay un caso especialmente grave es el de Lizarra, un ayuntamiento que intenta sortear la quiebra por la chapuza de Oncineda, un expediente urbanístico que beneficiaba a las empresas constructoras. Ahora se quejan de las costas judiciales por colocar la ikurriña en fiestas.

La Cámara de Comptos anuncia que auditará las dos cuestiones. Veremos si entonces serán capaces de seguir quejándose del chocolate del loro de las costas y no del socavón en las arcas públicas.