Pablo RUIZ DE ARETXABALETA
Periodista
IKUSMIRA

Promesas incumplidas de dos presidentes

La noche del 8 de agosto de 1990 un autobús esperaba en una gasolinera de Lima. El encargado remoloneaba con excusas para no suministrar el combustible. En realidad esperaba la medianoche para aplicar los nuevos precios anunciados poco antes por el primer ministro, Juan Carlos Hurtado Miller y con los que vendería la gasolina 30 veces más cara.

Era el «Fujishock», un drástico plan aprobado por el presidente, Alberto Fujimori, que disparó los precios, recortó los salarios y multiplicó por cinco el coste de la cesta de la compra de los peruanos. La dureza fue tal que el ministro remató el discurso con un «que dios nos ayude».

Fujimori había ganado las elecciones solo dos meses antes con la promesa de no aplicar estas medidas. Venció así a un Mario Vagas Llosa que abanderaba ya sin tapujos la política neoliberal más dura. Fijimori era la alternativa populista a los partidos tradicionales que habían alcanzado niveles de corrupción desmesurados. Luego llegó el golpe, más represión, matanzas y más corrupción, hasta su caída. Si Fujimori llegó al poder con una promesa que incumplió a los dos meses, el actual presidente, Pedro Pablo Kuczynski, ha hecho lo mismo concediéndole el indulto.

El rechazo es general, pero inevitablemente la vista se dirige a buscar una alternativa de izquierda en ese panorama donde, pese a todos sus desmanes, Fujimori conserva aun hoy no poca popularidad entre los votantes peruanos. Y, los esfuerzos dispersos en múltiples ámbitos no se ven representados en una alternativa con ideas claras.