Leí el 6 de diciembre una previsión meteorológica de Yan Giezendanner, experto en montaña de Météo France, en la que vaticinaba (con las debidas precauciones tan a largo plazo) que este invierno iba a ser año de nieve (de bienes no tiene ninguna pinta) en los macizos franceses, con abundancia en todas las alturas, y parece que se va cumpliendo. Veremos qué pasa con la sequía, que ya este año (de noviembre a noviembre) resultó ser el más seco y el cuarto más cálido en Italia desde 1800. Y ya que hablamos de Italia, ha sentado muy mal allí la decisión del nuevo gobierno austriaco de “extremo centro” de ofrecer pasaporte austriaco a los habitantes de Tirol del Sur, Alto Adigio, provincia autónoma de Bolzano para la administración del sur. Esta provincia alpina, corazón de los Dolomitas centrales, fue del Imperio Austro Húngaro hasta 1918 y ha supuesto desde entonces un problema político para la Administración italiana empeñada en la italianización a ultranza de la región con amenaza inclusive del ejército si no cambiaban a bilingües señalizaciones existentes desde siglos en alemán. La oferta es solo para los habitantes que hablen ladino (pequeña minoría) o alemán, un 70% de los residentes y obligatorio para trabajar en la administración local. Está bien tener dos pasaportes, que uno nunca sabe cuándo van a venir mal dadas, pero el ofrecimiento austriaco huele un poco a azufre.