Vicios
Espero que durante este año me explique alguien, desde la religión, la filosofía o la economía aplicada, el concepto vicio, y sus clasificaciones menor, mayor o medio. Las virtudes no las ubico ni cuando se me aparece la virgen-ministra de Fátima. Sí, los pronósticos del tiempo eran claros, incluso alarmistas, por lo que colocarse los mandos a la distancia apropiada, bata manta óptima para estos días post, me hicieron hacer un eslalon a tumba abierta por mi plataforma. Y tuve muchas paradas técnicas, alguna alucinación, especialmente con los trenes, en este caso con uno que atraviesa parte de Alaska y se dedica a llevar carbón de las minas a las centrales. Frené en el canal H de Historia, que volvían a pasar un documento llamado “Desmontando a Trump”, un recorrido por su biografía pública, donde se ve a las claras que ha sido siempre un peligro, un tipo sin un ápice de vergüenza, ni propia, ni ajena, ni prestada, que se ha guiado por el objetivo de hacer negocios, siempre con ventajas, para ir acumulando capital. Y hacer ostentación del mismo. Yo le llamaría un vicioso del Poder y del Dinero. Y todo lo que se conjuga a partir de ahí. Anunció hace años con cara de pipiolo y el pelo más caoba, que sería un buen presidente de Gobierno de EEUU. Asunto que hoy está sufriendo el mundo entero. Yo considero un vicio ver estos documentales, como los que se trata de seguir crímenes no resueltos. El más inconfesable: comprobar como es el Ejército, el único recurso que tiene el Estado español para cubrir todos sus errores e insuficiencias. Cientos de conductores atrapados en autopistas de peaje, exacto, de pago, por un temporal de nieve anunciado de manera exhaustiva. ¡Qué vicio tienen los de la banda de M. Rajoy con los cuerpos de ejército! Y sus medios de manipulación cómplices en señalarlo y alabarlo y regocijarse con sus músicas.