En los días que corren, que un pelotari proponga a su empresa rescindir el contrato que les une durante los próximos cinco meses se hace muy extraño, pero es quizá el mejor termómetro del punto al que la desconfianza entre Mikel Beroiz y Asegarce había llegado en los últimos meses. Aunque la noticia nos pillara por sorpresa, no fue fruto de ningún calentón, sino que fue una decisión meditada y consensuada con sus más allegados. «Por una parte siento pena, porque al final la pelota es mi pasión y dejar así el mundo profesional da pena, pero por otra parte estoy tranquilo, porque al final estaba sufriendo, estaba a disgusto y, la verdad, creo que voy a estar mejor así», declaró a GARA el de Uharte.

Asegarce acogió la propuesta de buen grado, de ahí que el acuerdo fue rápido, en una sintonía que no habían tenido en los últimos meses. En este caso tampoco fue algo repentino, pero el Parejas de 2017 sí que supuso un punto de no retorno. «Es algo que venía de antes, pero sí que el Parejas del año pasado fue muy duro para mí, la forma en la que me quitaron, en la segunda jornada, para mí fue muy duro, pero la cosa venía poco a poco de antes. Cuando lo del Parejas yo perdí la confianza en ellos y la verdad es que este año ha sido muy duro, me he sentido muy solo. Al final, si estás a disgusto y ves que ellos no quieren que estés, lo mejor es que cada uno vaya por su lado», explicó algo dolido.

Varios motivos

En estos últimos meses, su mano derecha le ha creado algunos problemas, pero han sido otros detalles los que más han minado su confianza, hasta el punto de afectarle en su vida personal. «No había ese feeling. Al final me he pasado todo el año intentando hablar con ellos para ver qué pasaba, si podían ponerme más partidos, porque yo veía que no jugaba, en octubre jugué pocos partidos, en noviembre uno... –en 2018 no ha sido programado–, eso de andar detrás de ellos, de estar buscando soluciones... y al final parece que eran ellos lo que no querían encontrar una solución. Yo también me he cansado de andar así y esta es la consecuencia», agregó el uhartearra, que disputó su último partido el 18 de noviembre en Lantziego, donde se lastimó la mano.

A la hora de repasar su carrera, se queda con lo bueno. «He tenido la suerte de haber estado unos años ahí arriba y me quedo con eso, con lo bueno».

En su día dejó Aspe en busca de oportunidades «y no me arrepiento de haber cambiado. En Asegarce he pasado unos años buenos, luego algo habrá pasado que empezaron a desconfiar en mí. No sé qué decir, pero igual hay gente que no entiende mucho de pelota e igual no debería estar ahí tampoco», apuntó sin querer especificar ningún nombre.

No se cierra ninguna puerta

Esta debía ser la décima temporada como profesional de un Mikel Beroiz que debutó en el Toki Alai de su Uharte natal el 14 de setiembre de 2008 y que tiene en la txapela Manomanista de 2ª de 2010 su mayor éxito deportivo, fue subcampeón un año antes y jugó la final del Parejas uno después por lesión de Barriola.

Sin embargo, no podrá cumplir esa década como profesional, al menos de momento, pero no se cierra ninguna puerta. Ni siquiera la de Aspe, empresa con la que debutó y a la que no descarta volver, aunque es consciente de la dificultad que ello conlleva. Además, no podrá hacerlo hasta junio, pues Asegarce le ha impuesto una cláusula en su finiquito que se lo prohibe.

Por si acaso, y porque le gusta prepararse, Beroiz no ha dejado de entrenar ningún día. Lo hace en Zentrum de Barañain, el apartado físico, y en el frontón de Uharte, el apartado técnico, para cuando llegue la oportunidad.J.O.